Diario de León

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De viaje a Barrios de Luna

Con magníficos cielos para observar astros, unos pulmones de sabinas y robles y la historia grabada en unas paredes rocosas cargadas de trilobites, Barrios de Luna ofrece múltiples disculpas para acercarse a esta tierra con ecos del filandón de las merinas, que muestra el origen de la vida animal en el Museo del Cámbrico y en otro, la tradición pastoril

El Museo de Interpretación del Cámbrico, abierto las 24 horas en Miñera de Luna gracias a una clave que se facilita a los usuarios que quieren visitarlo, dispone de paneles informativos y muchos de los fósiles encontrados en la zona desde las primeras investigaciones mundiales en los años 50 que explican la explosión de vida que se produjo

El Museo de Interpretación del Cámbrico, abierto las 24 horas en Miñera de Luna gracias a una clave que se facilita a los usuarios que quieren visitarlo, dispone de paneles informativos y muchos de los fósiles encontrados en la zona desde las primeras investigaciones mundiales en los años 50 que explican la explosión de vida que se produjo

León

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En la mole de cuarcita sobre la que se apoya el muro del gigantesco embalse de Luna para contener más de 300.000 millones de metros cúbicos de agua, aún se ven pequeños restos de la fortaleza más formidable que tuvo el Reino de León, sede del Tesoro Real y prisión, según la leyenda, del conde de Saldaña. Aunque el verdadero tesoro de Barrios, lo constituyen unos pequeños animales marinos, los trilobites, que quedaron fosilizados en sus rocas y atestiguan que aquí, justo aquí, surgió la vida animal hace la friolera de 540 millones de años.

Y es que en esta tierra nada es lo que parece. Las montañas que hoy se miran sobre las aguas del pantano estaban sumergidas entonces bajo un mar subtropical que convierte a Barrios de Luna en un apasionante laboratorio fósil reconocido a nivel mundial donde se ensayaron continuamente nuevas formas de vida y donde proliferaban estos organismos de tres lóbulos y escasos centímetros. Los curiosos pueden sorprenderse con el relato de la explosión de la vida animal durante ese periodo acercándose al Museo de Interpretación del Cámbrico, ubicado en el antiguo edificio administrativo de la mina de Mercurio de Miñera de Luna.

En él, en apenas 70 metros cuadrados se condensa la historia de una de las etapas más apasionantes de la evolución de la vida en la Tierra. Un aula con paneles, vitrinas con numerosos ejemplares e información suficiente para dar tres cursos de Geología y para mostrar a estudiantes de Primaria una clase práctica de las características físicas del Planeta. El centro se ha diseñado para hacer llegar ese valioso patrimonio al público en general y como atractivo también posee una reproducción para poder tocar las características ‘espinas’ de los trilobites. El museo permanece abierto 24 horas, sí, todo el día, a través de un sistema de cita previa en la página de Museos Vivos donde uno se inscribe y te dan un código de acceso para abrir la puerta.

En esta tierra, sumergida por un mar subtropical hace 540 millones de años, surgió la vida animal como atestiguan los trilobites de sus rocas y se exhiben en el Museo de Ciñera

Barrios de Luna también dispone de otro museo, el del Pastor, rescoldo de un tiempo no tan lejano en que la trashumancia del ganado ovino marcó la vida de muchos pueblos del generoso río Luna. A las antiguas escuelas de la localidad reconvertidas en museo llegan los ecos del filandón de las merinas, que rememoran la tradición pastoril de la Mesta y exhiben desde los utensilios a las vestimentas o los trabajos de la lana.

Unas instalaciones que complementan la celebración de la Fiesta del Pastor que, el segundo domingo de septiembre, despide a los trashumantes que se van y que ya ha cumplido 46 citas mostrando los mejores ejemplos de mastines leoneses. De modo, que como presumen los vecinos de Irede, en Barrios se encuentran las montañas más antiguas del mundo en las que leer a partir de los fósiles la evolución que terminó por dejar como testigo un patrimonio geológico inigualable que alimenta el museo del Cámbrico de Miñera y también es testigo del rito de la trashumancia que protege en el corazón del pueblo. El Ayuntamiento dispone, además, de rutas señalizadas que recorren los seis pueblos del municipio, con el apellido de Luna: Los Barrios, Irede, Mallo, Mora, Portilla y Sagüera, junto con Vega de Caballeros. La visita ofrece un aliciente en cada uno de ellos. El viaje se enriquece con una oferta gastronómica y de casas rurales en las que hacer posada, sin prisa, para ver cómo pasa el tiempo que ha moldeado el paisaje.

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