Otoño en los hayedos de León

Caminar sobre la alfombra otoñal de un bosque de hayas, mientras todavía están doradas sus ramas, es una de las experiencias más placenteras en la naturaleza. Es un masaje visual de luz en la estación en la que la luz mengua de día en día. El sonido de los pasos sobre las hojas es la música otoñal que se compone con un simple paseo.

Las hayas, emparentadas con robles y castaños, son el ‘árbol de los bosques’. Es lo que significa su nombre Fagus Sylvatica. Pueden alcanzar los 250 años de vida y hasta 30 metros de altura. Se da en las zonas boscosas templadas del planeta y arraigan en suelos calizos. En la tradición mitológica son árboles asociados con la Luna y representan la sabiduría.

La provincia de León, en los macizos montañosos que coronan su norte, de este a oeste, tiene una extensa lista de hayedos o faedos de cuento. En el Parque Nacional de Picos de Europa hay dos que además están reconocidos como Patrimonio de la Humanidad.

El hayedo de Cuesta Fría se encuentra por encima de uno de los lugares más idílicos del Parque Nacional, Vegabaño (que pertenece a Sajambre). Está situado en la vertiente meridional del Macizo Occidental de los Picos de Europa, al pie de las cumbres calizas de los Moledizos. Es una isla rodeada de hayas y, curiosamente, el árbol más reconocido es el imponente roble Roblón de Cuesta Fría, cuyo perímetro alcanza los 7 metros. La forma más fácil de acceder a Cuesta Fría es a través de la Vega de Vegabaño, desde la población de Soto de Sajambre. El primer tramo es sencillo aunque es cuesta arriba. El segundo tramo es de más dificultad, con el aliciente de que al alcanzar los 1.000 metros a los que se encuentra el refugio se pueden contemplar las vistas más bellas. Hay que aclarar que Cuesta Fría pertenece a Valdeón, desde donde también hay acceso al hayedo, después de un pleito con Sajambre que duró unos doscientos años y que incluía Dobres. No deja de ser irónico que después de tan larga disputa sea Patrimonio de la Humanidad. 

El hayedo de la Vega de La Sotín (que la mayor parte de los mapas han asentado como Vega de Asotín) se encuentra por encima de Cordiñanes, a unos 50 minutos, por encima de la canal del mismo nombre. Es la senda que desde esta localidad asciende al refugio de Collado Jermoso. El acceso a este hayedo requiere algo de práctica montañera, según indica el Parque Nacional de Picos de Europa, el primero de España, declarado en 1918. Isidoro Rodríguez Cubillas, experto montañero y habitante de la zona, Ana Isabel Martínez de Paz y César de Prado lo conocen bien.

Picos de Europa es un espectáculo en otoño. Y bosques hay para perderse. Pero como eso no es lo recomendable, lo mejor es ir por caminos seguros y en buena y experta compañía. El Club Pandetrave, referente en España del montañismo accesible, ha llevado a personas con movilidad reducida por la ruta de Soto de Sajambre hasta el refugio de Vegabaño.

Sumergirse en la magia de un hayedo leonés en otoño es accesible, desde la capital y niños y niñas, en los faedos de la Montaña Central Leonesa. Una iniciativa ciudadana y educativa sacó a la luz hace unos años el Faedo de Ciñera de Gordón. Son 7,2 kilómetros de ida y vuelta y un tiempo estimado de dos horas desde Ciñera. Son hayas centenarias cuya vejez se observa en sus troncos torcidos y amusgados. En el Arroyo del Villar se encuentra el Fagus, un haya cuya edad rompe el techo de longevidad con sus 500 años de antigüedad.

El Hayedo de La Boyariza, en Geras de Gordón está envuelto en farallones calizos, lo que realza su belleza de manera espectacular. Antes de sumergirse en este se pasa por la Foz de Meleros. La ruta es de 7,7 kilómetros.

En Cármenes destaca el hayedo de Canseco, pueblo desde el que se inicia la ruta circular de 7,93 kilómetros. El camino se inicia en ascenso y cuando se alcanza la collada las vistas son espléndidas, pero a partir de ahí, la bajada es más complicada. Otro hayedo cercano a León es el de Orzonaga, animado pueblo que se ha hecho famoso por un mítico elefante. La ruta completa suma 8,3 kilómetros y sale del mismo pueblo. En wikiloc.com dan todo tipo de detalles.

BUSMAYOR

A 50 kilómetros de Ponferrada se encuentra uno de los rincones más coquetos del Bierzo para disfrutar del otoño en todo su esplendor. El Hayedo de Busmayor es una de las joyas de esta comarca. Se llega desde el pueblo del mismo nombre, en el municipio de Barjas. Un rincón que rezuma versos que los poetas depositan en verano de la mano de Carmen Busmayor.

ARGOVEJO

Desde el singular pueblo de Argovejo, famoso por sus relojes de madera y el cuidado urbanismo de montaña, parte esta ruta de unos siete kilómetros. Desde el valle de la Trapa parte la senda hacia el Hayedo de Argovejo y la Hoz de la Escalera, que destaca por su belleza, aunque es un tramo de especial dificultad para senderistas no iniciados.

TRONISCO

Con inicio en Cofiñal, esta ruta parte en dirección al pinar de Puebla de Lillo para después tomar una pista que conduce al Hayedo de Tronisco, situado en la vertiente norte de los Negros de Cofiñal. A partir de aquí el recorrido transcurre por el interior del hayedo con unas sensaciones espectaculares en esta época otoñal.

VALDOSÍN

Dentro del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre se puede visitar el Hayedo de Valdosín. La ruta parte del pueblo de La Uña, el último de León hacia la vertiente asturiana o el primero desde el Principado. La ruta transita por un bosque mixto de turberas. Desde Ventaniella también se puede llegar al Hayedo de la Salguerosa.

 

Senderismo inclusivo con Pandetrave

El Club Pandetrave de León eligió el otoño pasado por Picos de Europa para celebrar el otoño con sus rutas inclusivas, desde Soto de Sajambre a Vegabaño. Este domingo lo celebran en Las Médulas.