DÓNDE IR
El atrayente poder del agua
Esla, Porma, Curueño, Torío, Bernesga, Órbigo, Luna, Omaña, Cea, Sil, Boeza... Puede ser un once ideal y una propuesta de invierno para acercarse a sus entornos y disfrutar del paisaje en forma de paseos. Desembocan en el mar, pero estas rutas lo hacen con igual espectacularidad en las muchas localidades de la provincia con sus manjares
El espectáculo natural debe continuar en invierno y si se puede percibir siguiendo la estela de los ríos, la magia y espectacularidad del agua se convierte en la banda sonora inolvidable. Hay infalibles que bien merecen una visita, como son las hoces de Vegacervera, pero también las del Bernesga y otros muchos lugares recónditos que se pueden buscar y descubrir. Y, por supuesto, como no siempre se puede organizar una jornada completa de ocio natural, los núcleos urbanos, como ese León Río que hay en el Bernesga, en la capital, o el paseo de la Concordia, en Ponferrada se constituyen en lugares favoritos de paseantes, con o sin perro, y runners, pero también pueden ser una alternativa para cambiar de ritmo a una anodina y casera jornada y que el frío no elimine las propuestas. No dejes para mañana lo que puedas pasear hoy. Ese podría ser el lema. Con un bonus extra que es ver el paisaje estacional con las necesarias inclemencias de la época. La conclusión está clara: los ríos también son para el invierno.
El coche puede ser una primera opción para alejarse de la zona de confort y aventurarse a una mañana de paisajes y un mediodía de gastronomía. Hay más de 30 ríos en la provincia de León repartidos en las cuencas hidrográficas del MiñoSil, la del Cantábrico y la del Duero (sistemas del Esla y Carrión). A su paso por los municipios todos ofrecen la posibilidad de echar un vistazo. En puentes que aportan su propia belleza, en caminos que acompañan el discurrir del agua, en pasos concretos por las localidades. El frío bajo cero de la madrugada ya han compuesto ese paisaje del que el viajero puede disfrutar cuando la mañana ya ha entrado
Pasear entre ríos por León es pasear entre montañas, entre paisajes, viñedos, sendas en las que la Naturaleza de la provincia se muestra en libertad, sin guion, como un destino saludable
Un paseo por el Bernesga, ese río que transita con poderío por la ciudad y que tras una caminata invita a un buen prieto picudo y su tapa correspondiente es una buena opción. También imbatible es el Parque de la Concordia y el paseo del río en la ribera del Sil con meta en un buen mencía. León es una tierra de ríos y en esta propuesta puede que Kavafis quede en fuera de juego y la trascendencia del camino quede superada con el placer de llegar a la meta. Porque de lo que se trata es de disfrutar del invierno, de días de abrigo sin Sol pero que pueden ser un destino más que apetecible. Que en el caso de León está claro y es surtido en lo de los manjares: un buen cocido maragato o de montaña, un caldo reparador, unas sopas de ajo, de truchas, un botillo... En definitiva esa gran historia interminable que es la gastronomía leonesa. Se trata pues de rutas de temporada, la magia espectacular del agua como guía de la belleza natural. Los ríos no sólo son para el verano, puesto que marcan el camino y delimitan, localizan pueblos y comarcas.
Si el agua es vida León es la provincia de los ríos. «Cuando salgas de viaje para Ítaca, desea que el camino sea largo, colmado de aventuras, colmado de experiencias. A los lestrigones y a los cíclopes, al irascible Posidón no temas, pues nunca encuentros tales tendrás en tu camino, si tu pensamiento se mantiene alto, sin una exquisita emoción te toca cuerpo y alma». Habrá que hacer también caso al poeta y redescubrir las hoces de los ríos de León. Los ríos de León proponen un paseo en compañía del agua por entornos urbanos, hoces donde explota la naturaleza, lugares con rutas naturales y rincones en los que la belleza llegó para quedarse. Lo recóndito o rutas organizadas son una propuesta ideal para el turismo y deporte al aire libre. El río guía y define el territorio. Y si tiene una expresión integral esa está en todo lo que concierne al vino. De la raíz a la mesa es la prueba más contundente del poder del agua. El río Cea y el Sil son dos espectaculares manifestaciones de esta fuerza. Si el Cea conduce a la DO León, el Sil es el que explica la DO Bierzo. El resto son riachuelos como afluentes que aportan riqueza sin nada a cambio. Viajar con los ríos como referencia es buscar en el mapa el tesoro del agua.
Un tesoro milagroso que se convierte en vino. O un tesoro compartido que es un paraje inigualable. Las dos zonas representativas del vino de la provincia son una suerte de bodegas y pueblos como puntos de atracción, que se suman como variantes del viaje a los pueblos. Aquello que ya se ha implantado como turismo rural es otra forma de acercarse a la provincia. Y aquí el confort de llegar a la casa después de una jornada intensa de conocimiento del medio puede ser el mejor premio. En definitiva, seguir la estela de los ríos siempre tiene su recompensa. Como entendimiento y disfrute. Y como esa definición irrebatible que sustenta muchas de las cualidades, condiciones y posibilidades de las poblaciones, grandes o pequeñas, en su relación con el agua.