El Carnaval de Carrizo es fiesta de interés provincial, y una glosa fascinante de elementos culturales y etnográficos que se remonta dos y tres siglos. Lo cuentan la Gomia, el Pellejo, el hombre de la cancilla...
Retumba el Tetumbo en Carrizo
La capital ribereña celebra uno de los carnavales con más potencial cultural y social de la provincia, con costumbres de más de dos siglos
El carnaval de Carrizo es fruto del interés y la implicación de todo el pueblo en conservar la tradición, en algunos casos viva desde hace dos y tres siglos. Tres semanas antes del inicio de la cuaresma,. el domingo de compadres pone en marcha la rueda de celebraciones, que tiene su replica en el domingo de comadres.
El viernes Llardeiro se forma en una comparsa de mozos y mozas, en pos del tururú, la trompa de cartón que acompaña la marcha y llena la localidad de canciones tradicionales. Se llama Llardeiro porque uno de los alimentos que recibían los vecinos era el llardo, una lámina de tocino. Así se anima el canto del Tetumbo, composición poética de carácter burlesco y satírica.
De este viernes previo a la cuaresma se salta al Sábado Fisolero, una de las jornadas centrales del carnaval de Carrizo. Hay merienda campestre entre guirrios, toros el pellejo, gomia, en ese sinfín de personajes coloristas del antruejo ribereño. Es tiempo para la cuelga dl Santo Antruejo; uno de los últimos mayos que perviven en la vega del Órbigo, el más norteño de todos los de provincia; un pelele de trapo de figura masculina, colgada del varal. «Oy comamos y bebamos y cantemos y holguemos que mañana ayunaremos». La fiesta de la cernada culmina este evento particular, que tiene por norma enciscarse con las cenizas de la hoguera que deja atrás el invierno y anuncia una primavera.
El domingo Gordo da cabida a una representación ancestral que derivó en una piñata infantil, representada en el Rey de Gallos, con los niños en edad escolar de protagonistas a la salida de misa: ahora el juego se ameniza con música y la participación de todos los vecinos de la localidad. Vuelven a la calle ese censo fantástico del Toro, la Gomia, el hombre de la Cancilla, el Pellejo, la Tarara, entre las antrujadas que distinguen la relación del vecindarios en este espacio del calendario.
El martes de Carnaval se celebra el Trago; la Junta vecinal entrega al cabeza de familia una cantidad de vino que incentiva la comida campestre en las Eras o en la Campaza, según la climatología. Es una de las tradiciones vivas desde el siglo XVII, ejemplo de ese valor etnográfico y cultural que es un tesoro en Carrizo de la Ribera.