De viaje
Santas Martas, entre cielo y tierra
Santas Martas ofrece una de las rutas más interesantes para los amantes de la observación de aves y de los paisajes infinitos que abundan en la fértil Tierra de Campos. La Senda de la Avutarda rinde homenaje a su ave más emblemática y permite observar en sus cerca de diez kilómetros de recorrido a otras 75 especies diferentes
Santas Martas, municipio ubicado en el centro-este de la provincia de León, y que se encuentra entre Tierra de Campos y Los Oteros, son de esos ayuntamientos que han sabido aprovechar lo que ahora se llaman recursos endógenos para buscar rédito turístico con el que en ocasiones se busca revertir esa tendencia hacia la despoblación y hacia el abandono rural que padecen en general los pueblos de la provincia. Aunque ya es una zona bendecida por los beneficios que le brinda ser parada casi obligada del Camino de Santiago, Santas Martas ha querido diversificar su oferta y apostar por el cada vez más demandado turismo de naturaleza o ecoturismo.
La llamada Senda de las Avutardas es una alternativa perfecta para todas aquellas personas amantes de la observación de aves y para los que quieran disfrutar de esos fascinantes paisajes que ofrece Tierra de Campos.
Esta ruta transcurre por caminos agrícolas desolados y paisajes arrebatadores de campos bucólicos y suaves colinas. Está perfectamente señalizada para guiar al senderista a lo largo de diez kilómetros (de ida y de vuelta) y así disfrutar de unas vistas panorámicas inmensas y únicas en familia o en bicicleta. En esta ruta el visitante podrá disfrutar de un paseo de tranquilidad y de una naturaleza diferente. También se podrán observar más de 75 especies de aves, entre ellas la avutarda, que da nombre a la senda, el ave volador más pesado del planeta.
La senda empieza en Santas Martas, y concluye en la ermita de San Cristobal, en Matallana de Valmadrigal, donde se ha instalado un observatorio de aves. Este es un lugar privilegiado para la observación de aves, especialmente aquellas de carácter estepario, ya que son campos abiertos que representan un lugar idóneo para la cría de especies como, el aguilucho cenizo, los sisones o la avutarda ( el ave volador más pesado del planeta), mientras que los humedales y lagunas son de vital de importancia en las migraciones de aves acuáticas de toda Europa.
Castilla y León es la comunidad autónoma con mayor población de avutarda de España. Según los datos del último censo poblacional, elaborado en 2019 por la Fundación Patrimonio Natural, en Castilla y León existen actualmente 14.787 ejemplares, mayormente situados en las zonas más cerealistas de la Comunidad, y en Tierra de Campos, lo que supone un ligero incremento respecto al último conteo, realizado en 2008, cuando se localizaron 14.025 aves.
Pero esta evolución no ha sido igual en toda Castilla y León. Mientras que en provincias como Zamora y Valladolid se han incrementado las poblaciones, en la provincia de León se ha registrado un leve descenso, pasando de los 1.225 registrados en 2008, a los 948 actuales, un 58% de ellas —550—, ubicadas en zonas Zepa.
Las causas, según apunta el censo, se deben a la transformación del medio con la implantación de regadíos en las zonas del Esla y en la comarca del Páramo. Según este último conteo, las poblaciones más importantes se encuentran actualmente en la comarca de Los Oteros, donde destacan las poblaciones en el entorno de las localidades de Matallana de Valmadrigal y Matadeón de los Oteros, y ente Campazas y Carbajal de Fuentes. Además, la población leonesa es continuidad de los importantes núcleos del norte de Tierra de Campos, de las provincias más pobladas de la comunidad, que son Zamora, con 5.649 ejemplares, Valladolid, con 4.167, y Palencia, con 2.390.
La avutarda está actualmente incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) que establece la necesidad de adoptar medidas específicas para su protección y la de sus hábitats. Además, la especie se encuentra clasificada como «vulnerable» a nivel mundial y de «preocupación menor» a nivel europeo.
La avutarda es la más voluminosa de las especies de la avifauna ibérica y una de las aves voladoras más pesadas que se conocen.
El macho, mucho mayor que la hembra, puede alcanzar un peso cercano a los 18 kilogramos, lo que lo sitúa al borde mismo de la capacidad de volar, lo que en cierto modo puede exponer a la especie a mayores amenazas. Además de los cambios en las prácticas agrícolas, como la intensificación del regadío, las concentraciones parcelarias, el uso de pesticidas y la desaparición de los recursos tróficos, el desarrollo de instalaciones eléctricas, tanto solar como eólica, suponen todo un peligro para la especie. De hecho, de las 150 avutardas tratadas en los Centros de Recuperación de Especies (Cras) de Castilla y León, 75 murieron por colisión con tendidos eléctricos, 25 por colisiones sin determinar, y dos por choques con aerogeneradores.