Aquí hay bichos

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M ariposas, aves, animales, el canto salvaje o la sintonía de los pájaros de primavera, pasear por la provincia en estas fechas es asistir a una explosión de vida. Más allá de los cambios en el clima, con sus consiguientes desajustes que advierten los expertos, el guion de la vida animal se repite año a año. Y en León, aún más. No en vano, se trata de la provincia con más Reservas de la Biosfera. Los hayedos y sabinares son la expresión concreta de la conjunción de la belleza natural, inerte y animada en forma de flora y fauna que invitan a exaltar la vida.

Se puede asistir al avistamiento de aves en lugares excepcionales como el sabinar de Crémenes, un lugar que fascina a los expertos y aficionados. Y se puede, sin invadir el territorio reservado, saber y localizar allí donde habita el oso o demás especies protegidas como el urogallo. Y lo que queda claro es que más que la aventura al límite de lo que se trata es de acercarse a la Naturaleza, los pueblos, respirar la primavera.

Uno de los espacios de más valor con los que cuenta la provincia se localiza en el noreste. El Grupo para el Estudio y Defensa de la Montaña Oriental Leonesa ofrece una ilustrativa y más que interesante información que demuestra que ya sólo estar en el entorno natural es disfrutar de sus rutas y de las otras propuestas de ocio y gastronómicas con las que cuenta León. Pero esos bichos están para disfrute del viajero y algunos se ven y otros se sabe que viven allí. El Gedemol detalla con encomiable saber cientítico la presencia de la perdiz pardilla, el pico mediano y el pito negro, entre los pícidos, el mirlo capiblanco, el pechiazul, el treparriscos, el verderón serrano y el gorrión nival, entre los paseriformes, y el alimoche y el halcón abejero entre las rapaces.

Al sur de León, en los Oteros se puede destacar la presencia del pico mediano, ave que busca refugio en los bosques maduros de roble. Otras aves presentes en este ambiente son: mosquiteros, reyezuelos, zorzales, picos picapinos, abejeros europeos y cárabo.

Una tercera propuesta, en este caso en El Bierzo es de una riqueza natural espectacular y única, ya sea por Las Médulas o Carucedo. Este itinerario permite visitar unos impresionantes ejemplares de castaño y transita por un rico ecosistema de ribera y lacustre, donde se pueden observar aves asociadas a estos ambientes, como fochas, somormujos y pequeñas aves de ribera. La otra alternativa lleva hasta el pueblo de Las Médulas, por una pista entre un encinar salpicado de castaños, madroños y rosales silvestres, donde se pueden observar aves como currucas y mosquiteros, y otras de mayor porte, como azores, gavilanes o milanos.

En definitiva, son solo ejemplos de la riqueza infinita de la provincia, donde mirar al cielo es mirar al la Naturaleza en estado puro y de futuro. Como cuando alguien opta por el recóndito Curueño para divisar especies de rapaces como el cernícalo vulgar, el águila real, el alimoche, el buitre leonado o el búho real.