Quédate Carolina: el placer de lo único

A quién no le sorprendería degustar una ‘Croqueta de morcilla de León empanada en salsa kataiki con base chutney de manzana’.

Una singular tentación que se alzó con el segundo premio del  Concurso de la Tapa de León y que el acogedor bar restaurante Quédate Carolina, ubicado en pleno centro de la ciudad, en la calle Ancha, 11, ha incluido en su carta.

Como singular por su originalidad y frescura es este activo «y canalla» establecimiento hostelero, que abre sus puertas a las 9.30 horas ya para los desayunos y cubre todas las manillas del reloj ininterrumpidamente hasta las dos de la madrugada. Por eso despliega un abanico de infinitas posibilidades para sus clientes, con increíbles y elaboradísimos cafés para todos los gustos, como el Café Carolina, una delicia de chocolate, galletas lotus, leche condensada y nata; o sus tapas y platos con los demandadísimos nachos con tartar de atún rojo o sus tostas variadas. Zamburiñas, burrata y salsa huancaina dan muestra de la variedad de sabores del mundo que se encuentran en este local con toques exóticos. Con un comedor para cuarenta personas, Quédate Carolina emerge como un oasis «de encuentro indispensable para quedar, charlar, comer, picotear y pasarlo genial», destacan.

Claro que su bodega, que ofrece los mejores vinos rosados, blancos, tintos, espumosos y champagnes también es un reclamo, que se suma a todo tipo de copas bien servidas y cócteles únicos, mojitos o caipirinhas. El grupo Jungla al que pertenece ha dejado su impronta no sólo en la gastronomía y e las bebidas, sino en la decoración moderna e impactante, con su pantera negra, su gorila ‘dorado’, las palmeras y neones. Un ambiente, amplio, con luces y texturas para alimentar también los sentidos, que combinan a la perfección con una selecta gama de platos irresistibles, elaborados con productos de calidad, frescos y de temporada.