Diario de León

El Sangri-Lah español está en Murias de Paredes

Pocos lugares hay en la provincia como Murias de Paredes. Una ruta por sus quince pueblos, su herencia natural, gastronómica y cultural es la mejor manera de zambullirse en el valle sanador que los antiguos otorgaban al paraíso de la eterna juventud.

Imágenes de los diferentes paisajes que pueden disfrutarse en los quince pueblos que forman parte del Ayuntamiento de Murias de Paredes.

Publicado por
Cristina Fanjul
León

Creado:

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Paisajes únicos, montañas prodigiosas, bosques milenarios, cascadas plenas de vida, brañas que mantienen el paisaje moldeado durante siglos por la colaboración entre el hombre y la naturaleza, una fauna silvestre conservada en santuarios únicos y poblados por jabalíes, corzos, osos, rebecos y lobos.... Murias de Paredes es una de las zonas más bellas de España y, sin embargo, una de las más desconocidas por los propios leoneses. Situado en plena reserva de la Biosfera de Omaña-Luna, los quince pueblos que atesora el ayuntamiento de Murias coinciden en una cosa: su extraordinaria riqueza hídrica, la diversidad de sus paisajes, la variedad gastronómica y la apabullante herencia cultural y patrimonial. En sus bosques de robles, rebollos, fresnos, chopos, alisos o acebos podrás refrescarte una cálida tarde de verano. Y es que, en un momento en el que la sequía atenaza el futuro de gran parte del mundo, Omaña Alta puede presumir de contar con tres ríos: el Omaña, el Vallegordo y el Omañón. En el Puerto de la Magdalena, parte de la red fluvial del Omaña va salvando el gran desnivel creando rápidos y cascadas como las que podrás ver en la cascada de Las Ollinas, en Vivero o el Pozo de los Fumos, en Los Bayos. En la otra vertiente, la red fluvial del Omaña se une al arroyo Cativo hasta llegar a Murias. En la cabecera del Vallegordo, el río Boeza parte también hacia el Sil.

Además, el municipio cuenta con picos que superan los 2.000 metros de altitud, como el Alto de La Cañada (2.154 m), en el límite con Babia, el Tambarón (2.102 m) y el Nevadín (2.082 m) que limita con el Alto Sil, y que atraen a muchos visitantes por sus exigentes rutas de montaña de senderismo y ciclismo, tanto en verano como bajo la nieve invernal.

Durante las épocas glaciares del Cuaternario, estas montañas se encontraban cubiertas de nieves perpetuas que descendían por gravedad hacia las zonas bajas en forma de ríos de hielo. Su enorme fuerza excavaba valles, arrastrando los materiales arrancados y depositándolos tras la fusión del hielo, en las zonas de paso. Muchas de sus cumbres conservan la impronta de hielos antiguos, que se adivina en la forma de los valles o en la presencia de acumulación de sedimentos. Podrás descubrir las huellas visibles de la erosión del hielo en el valle de Campo de Santiago, en el Puerto de la Magdalena, en el Pozo de los Fumos, o en las lagunas de Peña Cefera. Son quince los pueblos que enriquecen Murias de Paredes. Cada uno de ellos goza de una diversidad única que el ayuntamiento ha aprovechado para poner en marcha más de treinta rutas para deleitarse con los tesoros que cada uno de ellos esconde. La información de todas ellas puede encontrarse en la página Siente Omaña, una guía digital en la que se puede encontrar toda la información para que la experiencia sea lo más plena posible. Los valles aún guardan vestigios arqueológicos y arquitectónicos de gran riqueza en un viaje al pasado que obliga a internarse por un territorio ancestral, poblado desde la Edad de Bronce, tal como muestra el ídolo de Rodicol, encontrado en el paraje donde hoy se ubica la Ermita de la Seita, y en el que los Homus Manium , los hombres dioses, como llamara Plinio a los habitantes de los castros por su fuerza y valentía, disputaron los cerros al mismo Imperio Romano de Trajano, ávido de explotar los importantes recursos auríferos de la zona.

Con vestigios importantes tanto en Murias de Paredes como en algunos de los pueblos del Valle Gordo, aún se pueden contemplar restos de algunos de los castros y conocer el proceso de explotación de las minas de oro romanas en las rutas de la minería romana.

Omaña Alta está surcada por tres ríos —Omaña, Vallegordo y Omañón— que han moldeado el paisaje y hoy permiten al visitante disfrutar de cañones, fuentes y cascadas de una belleza privilegiada

Imágenes de los diferentes paisajes que pueden disfrutarse en los quince pueblos que forman parte del Ayuntamiento de Murias de Paredes. Omaña Alta, Reserva de la Biosfera. Una tierra milenaria que te ofrece un entorno natural único y un rico legado cultural que sus habitantes han sabido conservar hasta nuestros días. Recorre sus valles y montañas, disfruta de los sonidos del agua, respira la fresca brisa de los neveros. Camina por sus sendas y descubre algunos de los habitantes de sus bosques.

Imágenes de los diferentes paisajes que pueden disfrutarse en los quince pueblos que forman parte del Ayuntamiento de Murias de Paredes. Omaña Alta, Reserva de la Biosfera. Una tierra milenaria que te ofrece un entorno natural único y un rico legado cultural que sus habitantes han sabido conservar hasta nuestros días. Recorre sus valles y montañas, disfruta de los sonidos del agua, respira la fresca brisa de los neveros. Camina por sus sendas y descubre algunos de los habitantes de sus bosques.dl

Imágenes de los diferentes paisajes que pueden disfrutarse en los quince pueblos que forman parte del Ayuntamiento de Murias de Paredes. Omaña Alta, Reserva de la Biosfera. Una tierra milenaria que te ofrece un entorno natural único y un rico legado cultural que sus habitantes han sabido conservar hasta nuestros días. Recorre sus valles y montañas, disfruta de los sonidos del agua, respira la fresca brisa de los neveros. Camina por sus sendas y descubre algunos de los habitantes de sus bosques.dl

Imágenes de los diferentes paisajes que pueden disfrutarse en los quince pueblos que forman parte del Ayuntamiento de Murias de Paredes. Omaña Alta, Reserva de la Biosfera. Una tierra milenaria que te ofrece un entorno natural único y un rico legado cultural que sus habitantes han sabido conservar hasta nuestros días. Recorre sus valles y montañas, disfruta de los sonidos del agua, respira la fresca brisa de los neveros. Camina por sus sendas y descubre algunos de los habitantes de sus bosques.dl

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