Gordoncillo le pone buena cara al verano
Las piscinas cuentan con unas magníficas instalaciones de que se han convertido en unas de las más concurridas del sur de la provincia
Gordoncillo le pone buena cara la verano. Sus piscinas, pero también su oferta cultural y lúdica con su Museo de la Industria Harinera de Castilla y León (Mihacale), la bodega Gordonzello y el amplio programa de actividades hace de esta localidad un oasis en el sur de la provincia de León.
Llegan las altas temperaturas y a quien más y quien menos le apetece mitigar el calor con un baño refrescante. Así pueden hacerlo en Gordoncillo desde hace unos años en que abrieron sus piscinas municipales, unas magníficas instalaciones que desde la primera campaña se han convertido en unas de las más concurridas de la zona, además de ser un reclamo para atracción de turistas y visitantes.
Este año abrirán sus puertas este lunes, 1 de julio, y podrán disfrutarse durante los meses de julio y agosto.
Destacan sus más 12.000 metros cuadrados de zonas verdes, con sombrillas estratégicamente repartidas para protegerse del sol. Cuentan con una piscina de adultos y otra para los más pequeños.
Gordoncillo es una localidad con una animada vida social, marcada por su decidida apuesta por la cultura de calidad. Muchas son las actividades que se llevan a cabo a lo largo del año y muy especialmente en verano. Su Ayuntamiento, su Museo de la Industria Harinera de Castilla y León (Mihacale), la bodega Gordonzello, sus muy activas asociaciones, sus gentes en general, son el ejemplo claro de implicación con el medio rural.
Las piscinas municipales vienen a ser el complemento perfecto a toda esa batería de eventos de todo tipo que desde hace muchos años han conferido a este municipio una merecida fama.
La puesta en marcha de las piscinas han contribuido a atraer visitantes y turistas, pero muy especialmente a alargar las estancias de los hijos y nietos del pueblo que ahora pasan aquí prácticamente todo el verano. Tanto es así, que esta localidad que apenas supera los 400 habitantes empadronados, en época estival llega casi a triplicar su población.
Visitar Gordoncillo merece la pena en cualquier momento del año, pero hacerlo en verano ofrece atractivos difíciles de mejorar. Acercarse al museo de la fábrica de harinas, recorrer sus angostas calles, disfrutar de los bares en su animada plaza Mayor, muy concurrida al caer la tarde, precisamente al cierre de las piscinas, conocer la bodega Gordonzello y, por supuesto, pasar la mañana o la tarde dándose un chapuzón en las piscinas. Pocos planes pueden ser mejores.
Las piscinas se encuentran ubicadas a las afueras del casco urbano, junto a un inmenso parque municipal. Destacan por su absoluta limpieza y máximos cuidados. Cuentan con un servicio de quiosco en el que no se sirven bebidas alcohólicas, pero sí ‘chuches’, refrescos y helados.
Poco más que decir, que mejor que contarlo o leerlo es conocerlas. Las piscinas de Gordoncillo, el lugar ideal para huir del calor. Solo toca disfrutar. Hay dos meses por delante para ello.