Dónde comprar
El Serranillo: El premio que es León
El emblemático sello leonés recibe los galardones del Gobierno y la Junta al comercio tradicional con los que blasona una trayectoria marcada por el respeto a los valores que la enraízan con la identidad provincial
ramiro
La receta se la escuchó a su madre cuando era pequeño: hacer una tienda en la que le gustara comprar. Nada más. Tan sencillo, sin adobos, ni estudios de mercado: esmerarse en los detalles, como aquellas puntillas sobre las baldas y ese dorado en los bordes que convirtieron la vieja tienda en una casina de muñecas; atender bien a los clientes para que sientan que entran en su casa; conocerles por el nombre porque forman parte de la familia; adelantarse a sus gustos para que encuentren un toque diferente en los productos de siempre... La filosofía de Rosa María Dopico no caduca, como honra su hijo Juan, tercera generación ya de El Serranillo.
La atención a esta esencia la avalan ahora los dos últimos premios conseguidos: el que reconoce a El Serranillo como el mejor comercio tradicional de la provincia de León, entregado por la Junta; y el accésit que acaba de entregarle el Gobierno dentro de sus premios nacionales al comercio tradicional. Aunque los premios se los dan «los leoneses todos los días», como agradece Juan Dopico Hernández, los galardones sirven sobre todo para engrandecer el legado de su madre y de las dos compañeras más veteranas del negocio: Rose Mar Ordóñez, que acumula 28 años en esa tienda de la plaza del Conde Luna que en 2026 se convertirá en centenaria, y María Isabel Díez, quien desde los 14 entró por la puerta y todavía, 48 años más tarde, se mantiene detrás del mostrador.
María Isabel Díez, Rosa María Dopico y Rose Mar Ordóñez.
Las tres referencias guían un sello que cuenta con otros dos establecimientos: en la Inmaculada y en República Argentina, donde queda el obrador de las cocinas preparadas que mandan cocido leonés envasado para hacer en 8 minutos al baño maría al otro lado de España, callos, mollejas, bacalao al ajo arriero y, ahora, arroz, pero como se hace en León, con costilla.
El pimentón pone el color y el sabor en El Serranillo.
La evolución aumenta la gama del pimentón y las aceitunas que la matriarca ideó como tarjeta de visita de esa tienda de ultramarinos que se convirtió en la avanzadilla de los comercios gourmet para que no la arrastraran las grandes superficies. «Un tienda en la que le gustaría comprar», repite su hijo. Y ahora compra ahí todo León.
Las aceitunas aliñadas son un clásico de El Serranillo.