La cuna de la trucha
Los alevines de trucha nacidos en la piscifactoría de Vegas del Condado sirven para repoblar ríos de las provincias de León, Burgos, Palencia, Soria y Zamora. Una instalación de 4.700 metros cuadrados de estanques que cuenta con un aula del río para la divulgación.
La producción estimada para las diferentes líneas genéticas de alevín vesiculado +0 de trucha común (Salmo trutta) es de 2.520.000. Los alevines de trucha nacidos en la piscifactoría de Vegas del Condado, titularidad de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, sirven para repoblar diferentes ríos de la provincia de León, Burgos, Palencia, Soria y Zamora. El centro de acuicultura dispone de un espacio de 4.700 metros cuadrados de estanques, una balsa de decantación con funciones depuradoras antes de su vertido al río Porma. Su cometido es el de ayudar a la conservación de estirpes de trucha común autóctona que pueblan los ríos de Castilla y León en los tramos con débil presencia de la especie o para reequilibrar la estructura de las clases de edad en los lugares donde la reproducción natural de la especia ha fallado.
La instalación cuenta con una nave de incubación y el primer alevinaje, con 72 pilas rectangulares; una nave de circulares de 54,47 metros de longitud y 10 metros de ancho; una nave de alevinaje, que es el paso intermedio entre las pilas de incubación y primer alevinaje y los doce estanques; y una nave de reproducción destinada a la estabulación de stocks de reproductores. Las instalaciones cuentan además un sombreo que cubre todos los estanques.
Además de la producción de alevines de trucha, las instalaciones cuentan con el Aula del Río Miguel Delibes, un centro para la divulgación de los valores naturales de los ecosistemas acuáticos y de la pesca. Para disfrutar del aula del río, que está abierta a todo el público, centros educativos, asociaciones y grupos de familias y amigos, hay que inscribirse. Toda la información está en la página de patrimonio natural de la Junta de Castilla y León. Las instalaciones cuentan con un lago naturalizado y un arroyo con truchas autóctonas para la práctica de la pesca sin muerte, además de un espacio del recinto que está dedicado a los gallos autóctonos leoneses.
La Junta de Castilla y León ha invertido en la piscifactoría 1.077.371 euros en tres años (2021, 2022 y 2023). En 2023, el Consejo de Gobierno aprobó 527.447 euros para la mejora de las infraestructuras con el fin de fomentar las poblaciones naturales de trucha común junto con actuaciones de conservación y reproducción del mejillón de río en la comarca de Sanabria, en Zamora.
La piscifactoría fue construida durante los años 1985 y 1986 con el objetivo de producir 12 millones de alevines vesiculados para la repoblación en la provincia de León. Está situada junto al río Porma y lleva en funcionamiento desde 1985. A partir de este momento comenzaron los trabajos de selección de las líneas genéticas. En 1997 se fundó la línea Esla, en 1999 la línea Duerna y en 2007 la línea Ancares. Desde el año 2012 se conservan igualmente las líneas genéticas de las provincias de Palencia (Carrión y Pisuerga), Burgos (Rudrón, Engana, Cantabrana, Hormazuela, Pedroso y Gromejón) y Soria (Caracena y Alto Duero) fundadas con anterioridad en piscifactorías de cada una de estas provincias. Más recientemente, en 2020, se ha fundado la línea Tera correspondiente a la provincia de Zamora.
«Todos los procedimientos se hacen bajo unas condiciones precisas para evitar mortandades importantes por estrés y posibilitar el nacimiento de los alevines y su posterior desarrollo. La relevancia del trabajo en la piscifactoría de Vegas del Condado queda plasmada por el éxito de un procedimiento que pretende nada menos que mantener la esencia de una trucha que tienen en los ríos castellanos y leoneses una importancia notoria», explican desde la Consejería de Medio Ambiente.