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De viaje a Sena de Luna, paraíso natural con muchos encantos

Situado en plena montaña leonesa, con las aguas del río Luna regando sus tierras abren de par en par las puertas al encanto de Sena de Luna, un municipio conformado por ocho localidades que destila vida, naturaleza y salud. Y que durante los 365 del año ofrece múltiples posibilidades para todo aquel que decida disfrutar de unos días o unas horas de esta tierra que enriquece al que la visita en cuerpo y alma

León

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Visitar Sena de Luna, de norte a sur y de este a oeste a lo largo de sus ocho localidades es hacerlo a un paraíso natural, una zona con encanto que es fuente de salud y vida. Encuadrado en plena Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna y con una extensión de 12.569 hectáreas durante los 365 al año abre de par en par sus puertas en plena naturaleza al visitante ofreciendo múltiples posibilidades con Sena de Luna como cabecera pero con las otras siete poblaciones del municipio (Abelgas de Luna, Aralla de Luna, Caldas de Luna, Pobladura de Luna, Rabanal de Luna, Robledo de Caldas y La Vega de Robledo) aportando también un extraordinario encanto, en primavera, verano, otoño e invierno.

Sena de Luna representa a la perfección a las localidades de esta zona de la montaña leonesa. Sus primeros asentamientos datan del neolítico y evolucionaron durante la edad de bronce y de hierro en diversos castros o pequeñas poblaciones fortificadas, ubicadas en lugares estratégicos de la montaña.

Además de contar con una gran oferta turística que se puede consultar en la página de la reserva Omanayluna.com, Sena de Luna cuenta con construcciones entre las que destacan las de piedra, como algunas casonas en ruinas como la de los Condes de Nava. La ermita de Pruneda, siendo una pequeña iglesia próxima a Rabanal de Luna. Mientras que en Caldas de Luna se encuentra un famoso balneario de principios del XX.

Además, ofrece distintos lugares de alojamientos, y es que aprovechando un entorno de montaña con gran atractivo paisajístico, se han restaurado con detalle las escuelas que fueron de este pueblo de Sena de Luna. Un campamento base para visitar los lagos y brañas de Somiedo y el macizo de Peña Ubiña.

Y con el Hostal Rural La Collada de Aralla, cuyos interiores han sido decorados mezclando lo rural con un toque vanguardista, con vistas a la montaña. Dentro de la restauración, la zona dispone de una oferta diversa, como el área de servicio de Caldas de Luna, el Hostal Rural La Collada de Aralla y la Taberna Las Brañas.

Sin olvidarse de joyas naturales que pueden disfrutarse a través del senderismo como la Ruta de las Brañas de Caldas que permite visitar algunos de los escasos vestigios que perviven de la cultura de las brañas en la montaña central leonesa. Atraviesa interesantes bosques de haya y de roble, de los pocos que han soportado el intenso uso ganadero a que la comarca fue sometida durante siglos. En su recorrido se pueden contemplar también, magníficas panorámicas de las cumbres que marcan la divisoria entre las comarcas de Luna y Arbas. Un recorrido de 8,5 kilometros, con una dificultad media y una duración de unas cuatro horas.

Otra de las rutas con las que cuenta la zona es la del Cordel de Merinas, que parte de Abelgas de Luna, localidad que mantiene interesantes retazos de arquitectura tradicional, para continuar por el camino viejo en dirección a Mallo de Luna, del que se desvía para tomar el cordel de Babia de Abajo que, perteneciente a la Cañada Real Leonesa, conduce hasta el Puerto de la Mesa.

Aunque mantiene aún su uso para el desplazamiento de los ganados trashumantes, dejó ya de ser empleado por arrieros, como camino real o en su caso para trasegar los animales a las ferias de ganado de la Meseta. Discurre entre interesantes bosques de roble, tanto en las márgenes del cordel, como en el último tramo, entre la central hidroeléctrica de Láncara y Abelgas.

Sena de Luna también cuenta con zonas de escalada en distintos puntos del municipio como Pobladura de Luna, Rabanal de Luna y el propio pueblo de Sena con el objetivo de tener una mayor oferta turística y aumentar el número de visitantes a la zona. Un lugar que mantiene su encanto, cuya principal actividad económica fue durante siglos la ganadería, con las reses vacunas y la oveja merina.

En la actualidad, con este sector con menos peso pero igual de importante, el turismo natural ha cobrado fuerza y sin duda alguna se ha convertido en uno de los atractivos y pulmones de una zona rica en salud y en un encanto que en plena naturaleza ofrece multitud de posibilidades al que la visita.

Un escenario encantador que abre sus puertas al visitante para que disfrute igual que los habitantes de este espacio tan saludable y encantador. Los 365 días del año.

RAMIRO

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