De viaje a
noceda
Tierra de agua, salpicada de manantiales curativos que dan forma a su Ruta de las Fuentes. Valle de abundantes yacimientos arqueológicos y explotaciones auríferas siempre fiel a su pasado, al que rinde tributo con la puesta en valor de su patrimonio etnográfico. Noceda es el lugar perfecto para perderse al fresco del río del mismo nombre y sobre la falda de la Sierra de Gistredo
U bicado en el corazón del Bierzo Alto, en uno de los valles más hermosos de esta comarca, y regado por diversos manantiales que dan cuenta de su pasado natural —es probable que el valle que lo cobija fuera, en otros tiempos, un gran lago—, el municipio de Noceda se erige ante los ojos de quien osa visitarlo como una joya paisajística, de gran riqueza natural y con un patrimonio etnográfico bien conservado, por el que han apostado tanto el Ayuntamiento como los propios vecinos, sabedores de que en su historia y en los vestigios de su pasado está buena parte de su potencial.
El omnipresente líquido elemento que discurre a lo largo del río Noceda, desde su nacimiento en la Sierra de Gistredo, y vertebra las poblaciones de este término municipal ha estado en la base de su desarrollo económico y también constituye, ahora en el presente, los cimientos de su desarrollo turístico. ¿Quién no conoce en la zona la Ruta de las Fuentes Curativas de Noceda del Bierzo?. La Fuente del Azufre, la de la Salud, la Fuente del Rubio, la de Juan Álvarez y la Fuente del Canalijo vertebran este recorrido natural de unos diez kilómetros de distancia en el que es fácil perderse en el más apacible relax y en el que también puede verse una de las cataratas de mayor belleza de las que pueblan el Bierzo: las de las Peñas de Lagualta.
En torno al agua discurre esta ruta y también la Ruta de los Molinos que en otros tiempos eran utilizados para moler el trigo y el centeno con los que se elaboraba el pan. Hoy, rehabilitados, son otro de los tesoros patrimoniales de este municipio. Hay siete esparcidos por los barrios que conforman Noceda. Se pueden visitar todos y también el lagar restaurado y el antiguo horno artesanal. Ellos son testigos materiales del pasado agrícola y ganadero de este municipio. Un pasado traído al presente también gracias al Museo Etnográfico local y visible igualmente en los templos religiosos. Varias iglesias y ermitas, como la de las Chanas, siembran su territorio. Pero su riqueza no queda ahí. El de Noceda es valle de abundantes yacimientos arqueológicos y antiguas minas de oro. Cuenta hasta trece castros —La Calva, Castro de Ceruñales, Valdequiso, La Forca (único no relacionado con la explotación minera), El Corón de San Pedro y el Castro del Río son los más destacados— y siete explotaciones auríferas de la época romana.
Por lo tanto, en Noceda hay paisaje, patrimonio y mucha agua. Pero también hay buena gastronomía —es tierra de castañas entre otras muchas bondades culinarias— y no falta el ocio. Dispone de un camping, el de Chanos, dotado de todos los servicios y cuenta con unas instalaciones deportivas de primer nivel —campo de fútbol, canchas de tenis o pabellón cubierto— además de unas piscinas de verano ideales para combatir el calor los días que el sol aprieta y hacerlo en un entorno inmejorable.