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Micología, más que una afición

León es un paraíso para los amantes de las setas. Pero su correcta recolección requiere cierto conocimiento y una buena dosis de respeto por el entorno

Las setas, entre las protagonistas de la despensa otoñal.EFE/Beldad

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León

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Otoño es sinónimo de setas. Es época de recoger estos frutos de la naturaleza y la micología se convierte ahora en una afición, con la llegada de las lluvias, que va ganando adeptos. Y León tiene mucho que ofrecer en este sentido.

‘Ir a setas’, como se llama de forma coloquial a la micología en tierras leonesas es mucho más que una simple afición. Es adentrarse en la naturaleza, conocer sus códigos y disfrutar de su abundancia. Un ejercicio que requiere conocimiento y una buena dosis de respeto al entorno para que éste siga dando sus frutos.

Las lluvias de los últimos días han preparado adecuadamente el terreno para que la temporada de setas sea buena y tras las lluvias y las temperaturas más bien cálidas harán su aparición los primeros ejemplares. Los aficionados a la micología ya esperan las primeras salidas para coger setas antes de que llegue el frío del invierno.

Eso sí, hay que saber cómo, qué y dónde recolectar. En este caso, saber qué tipos de setas se pueden llevar a casa y cuales deben seguir donde se encontraron es vital, pues en no pocas ocasiones el desconocimiento ha causado intoxicaciones, problemas de salud y hasta la muerte en los casos más extremos.

León es un paraíso para los amantes de la micología. Algunos de sus rincones, como el del valle de Sabero, por poner un ejemplo, dan buena muestra de que múltiples variedades de setas encuentran aquí las condiciones idóneas para crecer y, durante el otoño. Se han encontrado ejemplares poco comunes y hasta extraordinarios como la seta gigante de cardo hallada el año pasado en la ribera del Órbigo. Una de las varias rarezas que se cuelen encontrar en época de recolección.

Por algo las setas son uno de los productos que no pueden faltar en la toda despensa leonesa que se precie y se convierte en protagonista de muchos de los platos de esta estación por su versatilidad a la hora de entrar en los fogones. De forma sencilla o más elaborada, las setas son un alimento bueno para la salud, sabroso y que da un punto otoñal a cualquier plato.

Amanitas phalloides, Geastrum fornicatum, Hericium erinacius, níscalos, champiñones... las variedades son muchas y la variedad de suelos, climas y sustratos de la provincia es el escenario perfecto para que crezcan numerosas variedades que hacen las delicias de todo tipo de paladares.

Pero hay que saber para ir a setas porque se trata de consumirlas sin peligro y de respetar el entorno para que siga dando frutos. Para ello, algunos consejos son consultar con un experto si no se está seguro de que lo que vas a recolectar es comestible. A la hora de recolectar, es importante hacer lejos de entornos industriales o que puedan estar contaminados porque el suelo es un factor muy importante. Cuando se está seguro, hay que cortar la seta por la base con una navaja o cuchillo. Eso sí. la parte enterrada puede ser útil para determinar si es o no comestible en caso de duda. Limpiarlas bien con un cepillo en el lugar de recogida o transportarlas en una cesta son otros consejos de mucha utilidad si tienes pensado practicar la micología este otoño.