Las tapas leonesas reivindican a los Productos de León
La patria pequeña de la cocina leonesa descansa en las tapas, que deben potenciarse como recurso endógeno con colaboración entre las partes
Las tapas se brindan como una patria pequeña para los Productos de León. El escaparate que cada día abren los miles de bares de la provincia ofrece una oportunidad única para ligar la atención gastronómica, alzada ya como tarjeta de visita hostelera para quienes nos visitan y peaje irrenunciable para los propios, con la calidad de las materias primas y los productos elaborados que lucen los sellos de excelencia leonesa. En este escenario, cada barra suma un potencial endógeno multiplicador para que los recursos repercutan en una riqueza común en el territorio.
Frente al abuso de los ultracongelados, las fritangas y la repetición incansable de propuestas insípidas, los Productos de León abren un abanico infinito de posibilidades para que las tapas que ofrecen los bares y restaurantes de la provincia leonesa se conviertan en una marca propia a su vez. La tapa leonesa, ligada en el ideario colectivo y ya exportada fuera de nuestras fronteras como un reclamo para turistas, encuentra un aliado perfecto en los 16 sellos de calidad que alimentan no sólo a las familias de sus más de 14.000 trabajadores, entre directos e indirectos, una décima parte del empleo provincial, sino que arraigan en las zonas rurales a una población en la que descansa la supervivencia del patrimonio cultural, natural y etnográfico leonés.
Por esta senda de reivindicación de los propio, de armarse con los recursos que se tienen más mano para que la ganancia del vecino encuentre una vuelta en la caja propia, algunos hosteleros leoneses hacen patria en sus barras con una oferta de calidad de Productos de León. El muestrario se enriquece no sólo con la tradicional dispensa de una tapina de cecina bien cortada, con un poco de aceite por encima o sola, unas rodajinas de chorizo de la marca de garantía o del resto de embutidos de las fábricas de aquí, unas tostas de queso de Valdeón o un generoso platín de morcilla leonesa con el que abrir boca.
Desarrollo endógeno
Los profesionales del sector se afanan en experimentar con otras creaciones más o menos creativas en las que dar asiento dentro de la tapas a la cecina de chivo de Vegacervera, los pimientos frescos de Fresno o asados del Bierzo, los tomates de Mansilla de las Mulas en temporada, los potines de sabrosas alubias de La Bañeza y lentejas pardinas de Tierra de Campos, la muestra del botillo, el ajo y hasta las frutas de la tierra, como la pera conferencia, la manzana reineta y las cerezas que censan en los valles bercianos su mejor domicilio. Con esta materia prima, no hay un catálogo que le pueda igualar a León si el empeño común facilita una fórmula en la que colaborar entre productores y hosteleros.
La apuesta por lo propio en las tapas encuentra como maridaje inmejorable además a las dos Denominaciones de Origen que hay en la provincia: Bierzo y León. Estos embajadores, que ya traspasan las fronteras desde hace años, deben potenciarse también en las barras leonesas con el mismo cariño que emplean los hosteleros en la Ribera del Duero o en La Rioja para convencer a la clientela, conscientes de que los repercute en beneficio propio.
La estrategia apela a todas las partes, con las administraciones como nexo de unión, para encontrar un espacio de beneficio común en el que asentar los pilares de desarrollo desde la calidad, no el barateo de aluvión para cumplir el expediente. Tapa a tapa, con mimo y profesionalidad, León puede hacer más grande su patria.