Ajo. El elixir que cambió la cocina
Imprescindible en la gastronomía, este producto siempre ha sido un básico en la medicina tradicional y es el rey en las ferias de Santa Marina y Veguellina
Una de las principales fiestas del ajo es la de Santa Marina del Rey.
Sabían los antiguos que comer un diente de ajo al día era la mejor manera de espantar las infecciones y mantener la mente despierta. Miles de años antes del descubrimiento de la penicilina, los druidas y brujas que cumplían el papel de sanadores usaban este regalo de la naturaleza para relajar el corazón, lograr que la amígdala, ese órgano que nos conecta con el principio de la vida, se mantuviera en calma y el miedo no lograra hacerse el señor de la oscuridad que acechaba a los hombres. Además, es muy potente para prevenir contagios de virus y es un aliado antiinflamatorio y reforzador de los huesos, por lo que no es extraño que se recomienda, por ejemplo, durante la menopausia. También es antioxidante y apoya al sistema digestivo, por lo que combate el envejecimiento.
Poco a poco, con el olvido de las largas noches al raso y el comienzo de la agricultura, esta sabiduría se quedó impregnada de los paladares ahumados por el descubrimiento del fuego y el ajo se convirtió en el condimento imprescindible de la gastronomía de León. Todo lo que toca se convierte en manjar de dioses y es capaz de moldear el sabor de los alimentos, respetando siempre su carácter. De hecho, son muchos los que lo califican de la sal de la tierra, con minúsculas, por su capacidad para condimentar cualquier alimento y potenciar su sabor.
En León, sin duda, es uno de los elementos esenciales en la gastronomía popular. Desde las típicas sopas de ajo, pasando por el bacalao y, por supuesto, el ajoarriero. En León hay dos ferias en las que el ajo es rey: Santa Marina del Rey y Veguellina.
La de Santa Marina del Rey cuenta con casi treinta y siete mil referencias en los buscadores de la red, que contiene notoria información escrita que prueba su antigüedad, su valor tradicional y su singularidad, aunque en determinados aspectos exista similitud con la Feria del Carmen de Veguellina, donde los ajos también son producto de renombre. Las ferias de Santa Marina del Rey están documentadas desde el año 1162 y en 1845 se reconoce como la más importante del partido judicial de Astorga. La feria, que se celebra cada 18 de julio, tiene por lo tanto más de 800 años de antigüedad.
Este año ha celebrado las que han sido quincuagésimas Jornadas gatronómicas, que rinde tributo a la cocina leonesa y en las que los participantes se rinden ante menús únicos elaborados con este producto. Miles de personas acuden cada año a este certamen para adquirir las ristras de ajo que decenas de productores ponen a la venta.
La feria cuenta con puestos de ajo, ceviches, pulperas y artesanía y se celebra siempre un concurso de ajos en l que se valora la elaboración de la mejor ristra, cabeza y calidad.
Importante también es la feria de Veguellina, que se celebra igualmente en el mes de julio y que comenzó a celebrarse en 1952, año en el que el Sindicato de Riegos del Órbigo lo pone en marcha. Se oficializa un año después cuando el ayuntamiento de la localidad decide ayudar el impulso de los agricultores.