La unidad de León y Asturias refuerza unas necesidades compartidas
La vinculación histórica entre León y Asturias renace con más fuerza si cabe al tener en cuenta que buena parte del futuro de ambas tierras separadas por Pajares está fijado en su capacidad para ser reivindicativas. El frente que incluso se ha ampliado a Galicia o al norte de Portugal, en asuntos fundamentales como las infraestructuras, a conseguir mantenerse tras el periodo electoral y los nuevos responsables de las instituciones parece que están dispuestos a consolidar y fortalecer ese camino de unidad, porque en juego está la necesidad de que el ferrocarril del siglo XXI se haga realidad de una vez por todas o que la autopista de AP-66 no se quede relegada para el final en el proceso de liberalización de peajes que ya ha comenzado en otros territorios de España.
Las cámaras de comercio, junto a instituciones como la Diputación o los ayuntamientos de León y Gijón reclaman que se avance para minimizar el enorme impacto que aún supone la existencia de la Cordillera Cantábrica, y que incluso se mire hacia Europa con oportunidades como la autopista del mar a Nantes. Desde el Principado también se considera fundamental la colaboración en el tema de las estaciones de esquí, para que León y Asturias avancen en una oferta de ocio activo más potente para captar más cuota en los mercados turísticos.
La unidad, más allá de las vinculaciones políticas de los dirigentes de las instituciones, es sin duda el camino que los ciudadanos demandan porque el creciente problema de la despoblación no admite más dilaciones en un acción decidida en la reivindicación.
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