EDITORIAL | Una política firme para Ordoño II sin vaivenes políticos
Los operarios del Ayuntamiento de León comenzaron ayer a borrar las huellas del Ordoño II del pasado para abrir camino a las tendencias del siglo XXI. La semipeatonalización de la principal arteria de la ciudad viene a enmendar un error de juicio cometido por el anterior gobierno municipal, rehén de la caprichosa veleidad de Ciudadanos, entonces partido llave, y que lejos de rectificar sigue enrocado en una postura incomprensible. El cierre al tráfico de la vía se hará efectivo mañana y será entonces cuando León dé el primer paso para convertirse una ciudad accesible, sostenible y abierta al ciudadano. Ahora sólo queda esperar que esta decisión se consolide en el tiempo y sea respetada por todos los grupos políticos municipales —los actuales y los futuros— más allá de que suponga el cumplimiento de una de las promesas electorales del nuevo equipo de gobierno. La paciencia ciudadana no tiene por qué soportar que el culebrón de la peatonalización o no de Ordoño II se alargue más de lo tolerable y se convierta en protagonista de las trifulcas generadas por intereses políticos. Es el momento de que se imponga la seriedad y el sentido común en una cuestión esencial no sólo para avanzar hacia un centro de la ciudad sin vehículos y sin contaminación sino también para adecuar la imagen de la capital a la corriente a la que prácticamente se han sumado ya todas las ciudades.