La rampa y el lazo
Entre Brañuelas y Torre del Bierzo solo hay once kilómetros en línea recta. Pero trescientos metros de desnivel, en el descenso del puerto de Manzanal, obligaron a trazar veintiún kilómetros de vías alrededor de la montaña, hasta formar un lazo, y construir diecinueve túneles estrechos. Túneles diseñados a finales del siglo XIX, convertidos en un peligro para los maquinistas de las primeras locomotoras de vapor y para los pasajeros que transportaban, porque podían morir asfixiados si por alguna razón —que la tracción patinara por el hielo, por ejemplo— el convoy se detenía en su interior.
Sobrecoge contemplar en un documental rodado en 1949, con motivo de la electrificación de la rampa de Brañuelas, a las viejas máquinas de carbón asomando el morro por la boca de esos túneles negros, envueltas en una humareda tan densa que por fuerza tenía que cegar a los maquinistas y a los fogoneros.
Las primeras locomotoras eléctricas, recuerda Daniel Pérez Lanuza, que trabaja como maquinista de Renfe y pone en valor la historia del patrimonio del ferrocarril a través de la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana, comenzaron a circular en diciembre de 1949 con una tensión de solo 1.500 voltios. A aquellas primeras máquinas las llamaban ‘bañeras’.Después llegaría la tensión de 3.000 voltios y las máquinas ‘pachorgas’. Y desde 1954, la mesa del Control de Tráfico Centralizado instalada en Ponferrada, la primera de Europa, y la reforma de algunos puentes y estaciones, continuaron con la inversión para mejorar la línea.
De eso hace setenta años. En el documental, que se exhibirá en la segunda Muestra Internacional de Cine sobre Patrimonio Industrial que la asociación Incuna celebrará en una semanas en Asturias, se puede observar la térmica de Compostilla, recién inaugurada por Franco, a los electricistas que tendían los cables a lo largo de la línea y la sucesión de túneles estrechos.
Setenta años, repito. Y me pregunto cuánto tiempo tiene que pasar para que el Gobierno y el Adif, se decidan a renovar el trayecto del ferrocarril entre Ponferrada y León, que después de perder el AVE, tienen encerrado al Bierzo en el ostracismo; un lugar atado a una rampa arcaica y a un lazo que ya aprieta demasiado.