EDITORIAL | La otra herencia no deseada del carbón
En tiempos de incertidumbre política y parálisis de decisiones y presupuestos algunos de los problemas más acuciantes de la provincia parecen haber pasado a un segundo plano. Como la gestión de las instalaciones y zonas abandonadas con el fin de las explotaciones de carbón. La transición justa se ha quedado de momento en el cierre de la minería provincial y a la espera del resto de las actuaciones necesarias. Un informe del propio Gobierno pone de manifiesto el peligro que supone en El Bierzo la toxicidad que provocan estos restos abandonados sin una gestión adecuada. Al menos en esta parte del cerrojazo minero debería haber justicia. La de dejar una herencia limpia.