Ponte el mandil
Más grande la cocina, eso es. Como mínimo, siete metros cuadrados... o redondos o picudos, pero más grande. Ya sabe el lector que el gobierno vasco quiere proponer por ley que las cocinas de las casas particulares sean más grandes. Las hacen hoy tan pequeñas, que solo cabe una persona (la mujer) cocinando ahí o fregando, confinada mientras su ceporro con cerveza en el sofá aguarda a que le sirvan la escudilla del guerrero. Si esperara en la cocina, quizá aprendiera a que tiene que pechar con lo suyo y echar no una mano, sino las dos. Eso persigue el hacer cocinas más amplias, que pueda caber ahí la tropa y no solo una madre presa. Lo explica Pablo García, director de Vivienda y Arquitectura del País Vasco: « el reparto actual de habitaciones responde a un esquema jerárquico y heteropatriarcal heredado del modelo de vivienda burguesa que se generalizó aquí el siglo pasado » (tampocu ye pa ponese así, dijo Manín, ¿nun ye que ya empieza lo heteropatriarcal a sonate a comodín-carraque?).
Cierta escojonación nacional acompañó a esta noticia y la tinta aún corre a regueros. Algunos lo toman como una intromisión intolerable y bolchevique en el ámbito de la libertad individual, ¡joder, hoy el gobernante se atreve incluso a entrarte hasta la cocina!, último reducto de lo personal y del secreto familiar. Otros ríen cínicamente: ¿es que piensa el baranda que por ampliar la cocina se pondrá el maromo el mandil?; esa es otra batalla y seguirá un tiempo perdida; ¿tanto les gusta poner siempre el carro antes que los bueyes?...
Lo cierto es que la realidad imita al chiste igual que el político a su caricatura. Uno viejo: ese tipo que creía que «dar más espacio a la mujer consistía en ampliar la cocina» (precisamente); poca gracia les hacía entonces y ¿ahora se ve necesario?... Y chiste cándido es creer que, si se ensancha, crece la paridad doméstica, pues ahí viene otro: «Mari, hoy cocino yo; por cierto, ¿por dónde cae la cocina?». Pero tiene toda la razón quien reclame o logre cocina más grande. Mucho más grande, exige Sócrates... ¿?... mañana nos la pinta.