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Hace pocos días un conocido me comentaba que le gusta leer textos con interrelación de temas porque facilita una visión más amplia. Era la segunda vez que lo escuchaba y me recordó los espejos de Valle Inclán, la enorme diferencia que existe en la madrileña calle del Gato entre los cóncavos y los convexos. Entre el embudo que todo lo aprieta o que lo difumina en función de cómo se sitúe. La realidad suele ser más de grises que de negros y blancos. La semana que se abre con el descubrimiento por unos espeleólogos del cadáver de un pedáneo de Picos asesinado en 1945 por el maquis al que por fin su familia podrá honrar, se funde con la del traslado también de otros restos, hecho que en realidad no servirá para honrar a sus víctimas ni para cerrar nada porque ni es la intención ni es el deseo de nadie. Por eso es necesario lo convexo, mirar un poco más allá. No quedarse en tanto afán por desanimar al ciudadano para volver a las urnas. La participación siempre lo decide todo y resulta sospechoso que ante lo que probablemente son los comicios más decisivos en mucho tiempo se esté empujando a la gente al fondo del embudo.  

El resultado del 10-N decidirá el ciclo político de los próximos 8 años. Pase lo que pase, como ocurrió en las segundas de 2016, habrá Gobierno. Y por ello está mucho en juego y especialmente en estos días, en los que se redactarán unos programas electorales que al final son las únicas sogas que atan en firme a los partidos políticos. En los dos grandes, los que tienen aspiraciones a ocupar La Moncloa —parte el PSOE con clara ventaja salvo que Ciudadanos acepte ir de la mano del PP—, será fundamental conocer qué se dice de esta tierra.  

La Ciuden, la plataforma multimodal de Torneros, el tren León-Lugo por Ponferrada, las autovías pendientes, la verdadera alternativa a la minería, el Hostal de San Marcos... son las bases del futuro. Aunque en la provincia parecemos sumidos en una fase política en la que el ‘combate de boxeo’ se ha tornado en ese bailoteo que el público suele premiar a los que están en el ring con un ‘que se besen, que se besen’. Lo que quede por escrito ahora será lo exigible y no lo que se predique en las tribunas de los mítines. Veremos el peso real del PSOE y el PP de la provincia. Quizá es bueno que UPL entre en el cuadrilátero si está dispuesto a pelear para no permitir a los dos grandes un ‘para qué luchar y hacer el juego a los terceros en discordia’.