Más es menos

Más País no es mal lema, no, ni mucho menos.  Más País. Lo aventará la bandera de Errejón en los ruidos electorales que nos aguardan hasta que revienten de gozo o crujido las urnas el 10-Noviembre.  

Los sondeos avisan: casi la mitad del fluir morado desfilará con papeleta tras ese nuevo trapo a estrenar en la arena nacional donde se anuncia una Gran Corrida con todos sus toros bizcos (de ojo o de cuerno), así que las tarascadas reviradas a la femoral serán frecuentes y para muchos será lo único interesante de este disco rayado con coplas destempladas que estamos obligados a escuchar una vez más por decreto real, quiere decirse por cojones, por sus cojones, por sus santísimos cojonazos.  

Eso... y Errejón, claro. Es la gran novedad. Atrae mucho foco porque, de primeras, parece inofensivo, pero sobre todo porque es listo, porque su radicalidad es razonada y porque su cintura política le hace razonable. A la izquierda no muy cañera le vale como su intérprete con el poder y los poderosos mucho mejor que Pablo Iglesias, que ya está pagando el alto coste de todo lo que nace en la tele, sin contar los daños colaterales de un ranchito con piscina. Últimamente Errejón le venía haciendo pupa, pero ahora es herida grave lo que veremos, un trágico costurón de la corva a la ingle, mi teniente, hemorragia torrencial... ¡camilleros!...  

Viejo fenómeno: la izquierda siempre acaba dividida... ¿por?... por no dejar de discutir y perrear ideologías y mandar ahí los listos, lo mismo que en la derecha mandan los del negocio y por eso no se rompen tanto, solo si se roban. Así que lo de Iglesias y Errejón es antiguo. O de ahora: ¿cuánto imperio informático nacido en garajes o trasteros universitarios no ha visto apuñalarse a sus fundadores cuando el éxito les izó al poder o al dinero? (¿Steve Jobs y Wozniak en el papel del Listo y el Coletas?, ¿Zuckerberg el de Riverita?).  

Piden  Más País ... y por contra ¿más ABC?... da igual, en este Mundo de poca Razón y Vanguardia ajena lo que manda es la tele; la piden todos.  

E Iglesias rabia: ese  Más  será su Menos.