La de más lejos
Tiene mi madre un latiguillo para explicar esa cosa; o tantas cosas; y fue de crío cuando se me grabó por primera vez en la mollera tras encalomarme recadito, «lleva estas botas al zapatero», uno remendón que tenía su talleruco apenas a cien metros de nuestra casa en la entonces Avenida del 18 de Julio. Pero me tomé el incordio del recado como licencia para el escarceo y me enredé en vueltinas ociosas, deporte viejo del cazurro, tan errático él. Lógicamente, vuelto a casa, mi madre, resabiada y asombrada por la inexplicable tardanza en recado tan vecino, me preguntó el porqué y ahí me las maravillé para una explicación creíble: es que la zapatería de Melero estaba cerrada, la otra en lo alto del barrio (San Esteban) aún no había abierto y tuve que ir a una más allá de El Espolón; y la señora Laurita me soltó, severa y refranera, su sentencia explicatoria: si, ya, Santa María la de Más Lejos, la más devota (sabe Dios que a esa Virgen se le reza mucho en esta tierra que tanto invita a alejarse de ella).
Cuando la Universidad de León andaba impúber (como ahora, pero sin disimularlo), creó un vicerrectorado de relaciones con otras universidades (necesario intercambio de aspiraciones y estrategias). Pensé entonces que esos lazos se iniciarían con las universidades cercanas; su proximidad lo haría todo más viable y frecuente, más operativo; pero no se vio tal; las primeras «enlazadas» fueron la universidad rusa de Voronez y una que tienen los jesuítas en la Pampa argentina; ¡cómo no admirarse de lo lejísimos que caían esas Vírgenes!... (votemos: ¿Salamanca, Santiago, Oviedo... o la Conchinchina?, ¿coche o avión?, ¿trabajo o turismo?).
Vino esto a cuento tras preguntar Octavito el otro día por la operatividad y necesidad de gastar dineros en ese voltio de burgomaestre que se dio el alcalde de León para volver con buenas intenciones y enigmas tras ir a rezar a la Virgen mora de Catar en su santuario de Doha, esa que no es Santa María la de Más Lejos, sino la de Lejísimos , como las de la Universidad, senda académica y trillada... o sea, por el libro.