EDITORIAL | El fuego de Peñalba evidencia la falta de cobertura telefónica

En Peñalba de Santiago, una de las localidades más singulares de la provincia, llevan literalmente meses quejándose por la falta de señal de telefonía. El problema no es desconocido en buena parte del mundo rural. Afecta especialmente a los que intentan mantenerse en él generando actividad económica, un fin que se supone que es una prioridad compartida por todos para combatir la llamada España Vaciada.  

Este miércoles, con la llegada de la noche, el pueblo se vio ante uno de los sustos más grandes de su historia. El fuego, el gran enemigo de los lugares donde se construye con madera, se había adueñado de una casa y amenazaba con propagarse por la pequeña localidad del Valle del Silencio. Aquí ya no se trata de un municipio sin servicio de bomberos. Desde la supresión del municipio de San Esteban de Valdueza es Ponferrada quien se ocupa de Peñalba. Pero el problema que se generó fue la imposibilidad de transmitir la alerta de los vecinos al parque para que pudiesen desplazarse equipos antiincendios por la falta de cobertura de telefonía.  

El caso pone en evidencia que hay un conflicto. Las compañías huyen de las inversiones que no consideran prioritarias. Y los planes tantas veces anunciados de inversiones millonarias para extender la señal no terminan de hacerse realidad. Pero tampoco en los lugares afectados, quizá no sea éste el caso, se facilitan las cosas. Todos queremos cobertura perfecta. Pero nadie quiere ni oír hablar de antenas. Son incontables los frentes abiertos contra estas instalaciones que son imprescindibles para que haya teléfono.