114 años
Dicho así, 114 años, solo suena a condena de las de crimen bestia, pero era también la edad del hombre más longevo del mundo -¿y no es también una condena?-, Gustav Gerneth, alemán, murió el 25. Pero pide paso una mujer como la persona más vieja hoy, la japonesa Kane Tanaka que sigue terca en sus 116. Tampoco en España son ya tan raros los que llegan a 110. Y de todos ellos se saca una lección: solo vive mucho el que anda mucho; esos matusalenes coinciden en aconsejarnos el «menos plato y más zapato» que tanto repetía nuestro paisano «Quico», muerto hace siete años con 111 en Pinilla de la Valdería.
La Muerte pilla mejor a los que están en modo «quieto parao», y más a quienes parecen esperarla o entre dientes la maldicen y cortejan (la Parca se cansa de perseguir andariegos o inquietos teniendo a mano tanto derrotado en su butaca), mientras la ciencia asegura que dentro de nada el hombre alcanzará los 130 años (los que puedan pagárselo; los demás seguirán en su caducidad low cost)... ¡130 años!... normal que la Muerte se deprima o se enfurezca y se alíe con el hambre y la guerra para matar niños y jóvenes de mil en mil, ¡qué vengativa la muy cabrona!, aunque también hay que decir que cuenta con apoyos y con este mirar nuestro a otro lado o a la frontera obsesiva, no se les vaya a ocurrir venir aquí.
Recuerdo a Crémer lamentar, tan lúcido con 103: «no merece la pena vivir tanto, ¿con qué ilusión, si todo amigo o quinto ya murió?, ¿para qué?»... y más ahora viendo que «palante está pior». Lo confirma Rafael Yuste, el neurocientífico que convenció a Obama para que invirtiera 6.000 millones de dólares en desvelar los secretos del cerebro humano. Nada tranquiliza lo que dijo hace días: «La neurotecnología nos va a permitir descifrar pensamientos y alterarlos, se podrá tener acceso a lo que pensamos y ocurrirá antes de 20 años». ¿Alcanzas a intuir lo terrible que será perder privacidad mental, secretos íntimos, la libre voluntad?... consuélate, al menos podrá saberse también quién te roba, quién te jode o quién te miente.