EDITORIAL | Peligro de nuevas guerras entre los territorios por interés partidista
El seguimiento de la actividad diaria de las instituciones, y especialmente de sus foros de debate, da la razón a los que defienden que en los partidos políticos prima su interés más egoísta. Muy lejos en el tiempo quedan los mensajes con un mínimo de coherencia e incluso de reflexión. Hoy, incluso se falta a la verdad sin ningún pudor con constantes ejercicios de lo que tradicionalmente se explica con un «donde dije digo, digo Diego». A las instituciones llegan mociones o proposiciones no de ley —reservadas a los parlamentos— para buscar pronunciamientos que suelen encubrir intereses tramposos o bastardos. Y lamentablemente abren en ocasiones batallas territoriales que sólo generan tensión y grietas para complicar la imprescindible colaboración entre las autonomías, provincias o municipios, en espacios como el del noroeste, donde el mínimo éxito que se pueda alcanzar llegará sólo con el empuje de todos y será en beneficio también de todos.
Ciudadanos, que acaba de complicar hasta el extremo la situación de Las Edades del Hombre, ahora se mete a enfangar las imprescindibles reclamaciones en favor del Corredor Atlántico. Propone que las Cortes autonómicas se pronuncien a favor de construir una plataforma multimodal en Ávila, lo que entraría en directa competencia con el proyecto que lleva muchos años ideándose para la localidad de Torneros.
La vergonzosa batalla está servida. Con acusaciones entre partidos sobre si apoyan o no a determinados territorios. Son iniciativas parlamentarias ideadas para meter el dedo en el ojo del vecino. Y sin ningún tipo de vergüenza se arrojan acusaciones a sabiendas de que todo es producto de una trampa.
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