EDITORIAL | Sanidad adaptada a las necesidades reales para dar calidad al servicio
El inmovilismo basado en el «siempre se hicieron así las cosas» es uno de los grandes enemigos de la sociedad. Parece innegable que en las últimas décadas existe un avance sobresaliente en los servicios, infraestructuras y en el bienestar social de la ciudadanía española. La Democracia ha consolidado fórmulas de atención que son la envidia de muchos países. Pero también es cierto que el sistema genera dudas porque los recursos son limitados. Aprovecharlos de la mejor manera posible es un reto ineludible para las administraciones públicas. Y en campos como la Educación o la Sanidad no debe escatimarse un céntimo para conseguir que el servicio a la ciudadanía sea el mejor posible. Por ello parece importante el que se tengan en cuenta los cambios que ha vivido la sociedad en los últimos tiempos para impulsar, con una apuesta de unidad de todas las administraciones, una reforma de la asistencia sanitaria que permita hacerla disponible para todos pero sin que los recursos estén donde nadie los necesita en ese momento.
El camino de los centros rurales agrupados ha sido fundamental en el sector educativo para dotarlo de calidad en los pueblos. Ahora se busca una fórmula similar en lo sanitario con una asistencia de calidad marcada por un reto complejo pero ineludible: 30 minutos de distancia. Los implicados en la sanidad deberían facilitar con actitudes constructivas una reforma de la que nos beneficiaremos todos evitando demagogias y búsquedas bastardas de réditos políticos.
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