EDITORIAL | Las ayudas que tienen que llegar

La Unión Europea prepara para los próximos meses el primer paquete de millonarias ayudas para las regiones que hasta ahora vivían del carbón, y que se ven forzadas a una drástica reconversión económica. Los criterios para el reparto, que en esta primera fase se calcula en unos 5.000 millones de euros, preocupan a las cuencas. Como la leonesa, una de las primeras en coordinarse con otras zonas afectadas para exigir a la UE implicación económica real en la que se ha dado en denominar ‘transición justa’. Si en principio eran 18 las regiones marcadas como prioritarias para acceder a las ayudas, porque han visto cómo sus minas (y con ellas sus centrales térmicas) se cerraban precipitadamente, a estas alturas la lista de posibles beneficiarias es ya de 50, de 18 países en total. Mucho se ha criticado el uso de las ayudas mineras, pero mucho se han utilizado también para beneficiar a zonas y proyectos que no siempre tienen que ver con las necesidades de los trabajadores y los pueblos que se quedan sin su medio de vida. Habrá que estar muy vigilantes, porque los fondos que llegan ahora son sustanciosos, y de ellos depende que las cuencas tengan futuro o no.