EDITORIAL | Responsabilidad y prevención por la siniestralidad vial
Las carreteras leonesas registran cada año una media de 2.000 accidentes de tráfico relacionados con la fauna silvestre, una cifra que sitúa a la provincia entre las más perjudicadas del país. La presencia de animales sueltos en la calzada en un territorio con las características de León es imposible de erradicar y, precisamente por eso, la prevención debe ser una de las prioridades para los responsables de la red de carreteras y de los cotos y reservas de caza. La sentencia de la Audiencia Nacional que condena al Ministerio de Fomento por no señalizar la señales de animales en un tramo vial cercano a un coto es una muestra de la desidia de las administraciones, responsables de asegurar el mantenimiento de las vías públicas en unas mínimas condiciones de seguridad. En el expediente del caso se señala que ningún tramo de la vertiente leonesa del puerto de Pajares está considerado tramo de especial siniestralidad por irrupción de especies cinegéticas en la vía porque, según Fomento, la N-630 no cumple en dicho trayecto los requisitos para tal consideración. El fallo judicial ha venido a enmendar la plana al ministerio que en un ejercicio de responsabilidad, debería plantearse si los criterios que maneja están en consonancia con la realidad de nuestras carreteras. Advertir a los conductores del peligro es la actuación mínima que se puede esperar del titular de la vía, una medida que puede no evitar todos los siniestros pero sí, con toda seguridad, rebajar la cifra de más de 500 heridos registrados en León por este tipo de accidentes en los últimos diez años.