EDITORIAL | Un bloqueo en el centro de la capital que ni se entiende ni puede alargarse
Todo lo relacionado con la obra de Feve se ha convertido en un despropósito en el que parece que siempre hay pendiente un nuevo episodio que resulta aún más esperpéntico. En septiembre de 2011 se cerró al tráfico la histórica línea de vía estrecha con el proyecto tranviario que aún no ha llegado. Y el plan para rehabilitar un importante espacio urbano en el entorno de la estación de la avenida Padre Isla también ha terminado en una vía muerta en la que todo son plazos más o menos imprecisos y amenazas con nuevos trámites burocráticos para agravar el embrollo.
Ahora la urbanización de los terrenos ubicados en pleno corazón de la ciudad, entre Padre Isla, Ramón y Cajal y la calle Bilbao, aguardan la visita de un inspector perteneciente al Ministerio de Fomento. Este trámite, al menos, se remite ahora a febrero o marzo por la acumulación de asuntos de este tipo que tiene pendientes en diferentes ciudades el departamento del ministro Ábalos.
El Ayuntamiento de León hace tiempo que tiene los deberes hechos sobre todo este asunto. Es entendible el enfado creciente y una incredulidad hacia la capacidad que está mostrando el Estado para desbloquear un plan urbano que supondrá la creación de una zona verde de 2.000 metros cuadrados y la habilitación de parcelas para poder levantar cinco bloques de viviendas.