EDITORIAL | Cautela con Vestas
La multinacional mantiene aún una deuda pendiente con León
La traumática salida de Villadangos del Páramo de la multinacional de energía renovable Vestas no ha cicatrizado. Su factoría está siendo reconvertida por parte de una empresa acerera, pero el empleo destruido aún está lejos de recuperarse y también permanece la sensación de que se produjo un cierto engaño, al llevarse su producción a Asia después de haber recibido importantes apoyos públicos.
Entonces se generó una polémica que desencadenó compromisos sobre que se seguiriría con mayor detalle a las empresas que reciben dinero de todos para evitar que se aprovechen de esos beneficios con proyectos que no miran más allá del periodo imprescindible para poder cobrarlos. El debate incluso se trasladó a Europa y el caso Vestas se convirtió en algo así como un ejemplo de la necesidad de que se actúe con más cautela para evitar los abusos.
Ahora desde esa misma multinacional de maquinaria eólica se plantean a la Junta nuevas proyectos. Ni la empresa ni la administración autonómica han difundido los detalles. Pero parece que cualquier negociación debe incluir unas premisas ineludibles. Sólo podrá aceptarse un proyecto industrial para el mismo lugar donde se generó el daño. Y tendrá que llegar con unos avales y unas garantías que eviten lo que en la sociedad leonesa y en toda la zona de Villadangos se interpreta como una tomadura de pelo.