Qué suerte
CORNADA DE LOBO | "En un mundo en el que un trabajo estable puede considerarse un lujo improbable (hasta un empleo efímero o de mierda nos parece un premio, una pedrea), ¿podría entenderse como un privilegio la suerte del funcionario, esa plaza suya y perpetua?..."
L a verdadera lotería de España es la que se juega a ganar un empleo público, rango funcionario, lo que se dice plaza en propiedad (¿propiedad privada siendo pública?, plaza mía, solo mía) y vitalicia (que es como canturrear un santarritarritarrita antes de tumbarse en un Reglamento que pone en el lomo «aquí me las den todas»).
En un mundo en el que un trabajo estable puede considerarse un lujo improbable (hasta un empleo efímero o de mierda nos parece un premio, una pedrea), ¿podría entenderse como un privilegio la suerte del funcionario, esa plaza suya y perpetua?... no necesita mucha explicación el por qué la preferencia laboral de la mayoría de españoles es oposición y empleo público, cosa fija y tira millas... y teniendo en cuenta que en no pocos casos esa plaza se alcanza por vía digital (sin olvidar otras vías de esfínter flojo), dígase sin complejos ni pudor «¡¡creemos en la lotería y en el Estado de gracia!!».
Y ahora que el Supremo confirma que puede penalizarse al funcionario por su baja productividad, ¿cabe esperar que algún día el empleado público pase cada cierto tiempo una itv de idoneidad que confirme su plaza o le deje fuera de circulación en vías administrativas por razones de seguridad nacional? La gran mayoría de funcionarios agradecerán la medida librándose del sambenito por culpa de maulas y jetas que justifican el tópico universal de El primer esfuerzo de un funcionario es dejar exenta su responsabilidad o Los funcionarios se dan trabajo a sí mismos, sin olvidar la definición de Funcionario: Dícese de aquella persona que siempre encuentra un problema para cada solución... o lo de «Un funcionario jamás hará nada por primera vez» (Isabel Allende: El funcionario público debe comprender desde su primer día que cualquier amago de iniciativa será el fin de su carrera, porque no está allí para hacer mérito, sino para alcanzar dignamente su nivel de incompetencia), menos Verónica Duque, amiga nuestra que enseña anatomía en aulas pucelanas vestida de cuerpo sin piel. Fue noticia viral de aplauso. Y no faltaron colegas a ponerla a parir.