Al paredón
LA LIBRE | A la tergiversación contribuye el PSOE autonómico y federal, que mientras hace manitas por debajo de la mesa con los independentistas para que Sánchez pilote el Falcon ensaya un mohín para espantar con asco las reivindicaciones leonesas que tienen asiento legítimo en la Constitución
Como si nos metieran en un chiste de los que empiezan con la muletilla de «se abre el telón», los popes de la política nacional y los tuiteros expertos en chascarrillos aprovecharon la moción que propugna la Región Leonesa para recordarnos la insignificancia de nuestra presencia en el cuadrante noroeste de la península. Con una sarta de calificativos que van desde cretinos hasta neopaletos, tontos, zoquetes e ignorantes, la intelectualidad que exhibe su juicio preclaro detrás de un hastag simplón se lanzó a despellejar la legitimidad de un debate que creyeron que nacía ayer. Ahora, fue el adverbio preferido para enmarcar el análisis de su cosmopaletismo, izado sobre un punto de vista que no rebasa la altura del ombligo que fijan en Valladolid, Madrid, Barcelona y otros grandes núcleos desde los que deben salir en auxilio para evangelizar a los analfabetos de las colonias. Alguno hasta descubrió de pronto que en el cuartel superior derecho del escudo de España se alza un león rampante por historia, no porque «se escapó del zoo», como ironiza Tom Vadinia para escaldar listillos.
El escarnio público muestra la ignorancia sobre una reclamación que comenzó en 1978, persistió con el apadrinamiento del engendro por parte de Martín Villa, ante el que Alianza Popular llegó a presentar un recurso de inconstitucionalidad, y que sacó más de 90.000 personas a la calle en 1984. Lejos de atenuarse, por mucho que porfíen los tibios el sentimiento de rechazo se mantiene en auge, alimentado por el desarrollo asimétrico que ha propiciado la concentración de las inversiones en el eje de Valladolid, Burgos y Palencia y por el abandono de la Región Leonesa, constatable en el declive demográfico y los indicadores de empleo. La suma de factores propicia un debate vivo que se ha visto contaminado de manera interesada sin rubor por el PP y Ciudadanos para vincularlo al nacionalismo, cuando es todo lo contrario. A la tergiversación contribuye el PSOE autonómico y federal, que mientras hace manitas por debajo de la mesa con los independentistas para que Sánchez pilote el Falcon ensaya un mohín para espantar con asco las reivindicaciones leonesas que tienen asiento legítimo en la Constitución. Circulen, nada que hablar.
Se cierra el telón. La película se titula Nadie hablará de nosotros cuando hayamos muerto . Qué graciosos.