Sin deudas
"Fíjese si tendremos metido a fuego eso de que «si yo hago algo por ti, tú deberías hacerlo por mí», que hay personas que prefieren no pedir favores para no sentirse en deuda
Es usted capaz de dar sin esperar nada a cambio? ¿O cuando da algo, ya sea que se preocupa por alguien o que le hace un favor, considera que a partir de ahí el otro está en deuda con usted? Cuenta un cuento que un gobernante muy sabio recibió un montón de regalos por su cumpleaños, pero sólo se quedó con los que no tenían remitente. «Estos son los que voy a aceptar porque estos no me obligan, y no es bueno contraer deudas», explicó a sus invitados.
La moraleja de este cuento viene a ser que cuando damos algo hemos de darlo porque queremos, sin esperar algo a cambio. ¿Se da cuenta de lo diferente que es esto de lo que solemos hacer en nuestras relaciones? Fíjese si tendremos metido a fuego eso de que «si yo hago algo por ti, tú deberías hacerlo por mí», que hay personas que prefieren no pedir favores para no sentirse en deuda. Lo mismo que las hay que no le harían un favor a un amigo si creen que éste no se lo devolvería.
Es como si pensáramos que somos tontos por dar algo y que esa persona no nos lo devuelva. ¡Y no! Porque cuando lo hacemos estamos honrando uno de nuestros valores, ya sea la amistad, la generosidad, la empatía o cualquier otro. Y esos valores no deberían depender de lo que hagan los demás.
Así que cuando haga algo por alguien usted decidirá si convertirlo en una deuda, igual que el otro decidirá si convertirse en deudor. Pero sepa que cuando las relaciones se convierten en un intercambio de bienes y favores, en un «si yo te doy, tú tienes que darme lo mismo», se devalúan. Y esto pasa con los amigos, los compañeros de trabajo, la familia o la pareja.
Que por supuesto que tampoco se trata de que uno lo de todo y otro no de nada. Me refiero a ser capaces de dar sin esperar devolución y de recibir sin sentirnos obligados a devolverlo. Así sabrá que cuando alguien hace algo por usted lo está haciendo porque quiere, no para que mañana se lo devuelva. Y cuando usted haga algo por alguien será porque de verdad quiere hacerlo, porque le nace del corazón. Sin deudas ni deudores.