EDITORIAL | Tras la polémica investidura Sánchez debe buscar reformas y estabilidad
España precisa un marco de normalidad y de convivencia precisamente para dar respuesta a los retos y a las reformas inaplazables que tiene por delante.
Pedro Sánchez hace realidad hoy, con su toma de posesión, el deseo tan largamente perseguido de tener por delante una Legislatura en el Palacio de La Moncloa. En circunstancias normales sería todo un aval de estabilidad. Pero esa es la primera duda, su investidura al límite y el grupo tan variopinto de socios no parecen garantía de nada.
La oportunidad para aplicar una política de izquierdas, que siendo rigurosos no debería tener nada que ver con los afanes y los dictados populistas, podría hacerse realidad si Sánchez cumple su palabra. Todo lo ocurrido durante los últimos meses, incluso años, sería positivo que se dejase a un lado porque el nivel de tensión vivido entre unos y otros no puede mantenerse en el tiempo. España precisa un marco de normalidad y de convivencia precisamente para dar respuesta a los retos y a las reformas inaplazables que tiene por delante.
Lograda la investidura quizá llegue el momento de que las fuerzas mayoritarias busquen el recuperar un marco de diálogo y consenso sobre el que no deberían tener ninguna duda que es el deseo real de una mayoría de los ciudadanos, como se comprueba en todo tipo de estudios. Escuchar y seguir a los exaltados no conduce a nada bueno, porque lamentablemente volveríamos a incurrir en algo muy pernicioso en Democracia, los intercambios de acusaciones de falta de legitimidad o incluso de deseos de golpismo, un territorio al que nadie es ajeno porque en el mapa político español hace tiempo que las líneas rojas fueron dinamitadas.
La investidura ratificada ayer volvió a mostrar el poder de los nacionalistas. Una vez más, y a pesar de que la presunta nueva política auguraba otro sistema de decisión en España, fueron los vascos y los catalanes los que decidieron con sus votos. Pero lo hicieron con un escenario muy distinto, con unos pulsos y un nivel de radicalización como nunca se había alcanzado. Y también han ganado peso en este nuevo Congreso tan pluripartidista formaciones regionalistas que extraerán beneficios para sus territorios a cambio de sus votos como ya lo hicieron en su momento, por ejemplo, los canarios. Quizá en León, en pleno debate sobre su futuro, sería bueno cuantificar lo perdido por el escaso peso electoral de los localismos.
La primera reválida para Sánchez serán los Presupuestos del Estado. Es la herramienta clave de cualquier Ejecutivo. Debería tenerlos pactados junto a la investidura. Ahora tiene la oportunidad de probar que tiene un proyecto político.