cartas al director

Javier Tomé. Tu recuerdo será siempre una sonrisa

He querido que los sentimientos reposen antes de dedicarle estas palabras a ese ser imprescindible que fue, que sigue siendo, Javier Tomé, de quien se cumplió un año de su cruel marcha el pasado 20 de diciembre.

La vida es injusta, por privarnos tan pronto de su compañía. Pero quizás su presencia era necesaria en otra parte, y en estos momentos esté realmente muy ocupado.

Estará codo con codo con su compañero de fatigas, Paco Pérez Abellán, que la casualidad, o no, hizo coincidir su marcha con la de Javier.

Estarán investigando el asesinato del General Prim, tema que apasionaba a Abellán. Puede que también estén ya en la calle Matasiete, para aclarar los detalles de la desigual refriega que ocurrió en fechas tan lejanas.

Buscará a nuestro insigne paisano D. Buenaventura, para volver a reclamarle: ¡Durruti vuelve!, aunque dudo que el interesado tenga ánimo para hacerlo.

No dejará de trabajar en una nueva guía de viajes, aquella que marca el camino de los corazones íntegros, las palabras sentidas y los ojos limpios.

Y sobre todo, estará pendiente de aquellos seres de los que siempre se preocupó, humanos y felinos, que en los afectos nunca hubo categorías. Javier, fue un placer conocerte, y a pesar de todo, siempre lo será recordarte.