EDITORIAL | Mayor atención a la complejidad de la provincia

La propuesta de la Consejería de Educación para el próximo curso en la provincia pasa, una vez más, por el recorte tanto en el número de docentes como en la cifra de aulas. Una situación que viene repitiéndose, hasta el punto de que en los últimos cuatro años la Junta ha suprimido 143 puestos de profesores en León. La falta de alumnado, la insuficiencia horaria y la pérdida de unidades escolares son los argumentos para justificar esta política de recortes, que tiene que ver también con el aumento de la ratio entre profesores y alumnos.

Las pocas unidades que se crean se concentran en los centros docentes de las cabeceras comarcales, mientras los pueblos sufren un interminable goteo de cierres. Hay menos niños, es evidente, y cada vez el número será más reducido, porque la despoblación sigue avanzando en las zonas rurales. Porque también es cierto que sin servicios básicos como la educación, a las familias se les pone muy difícil el arraigo en el medio rural.

El sector educativo ha llamado reiteradamente la atención sobre las peculiaridades de la provincia, que deben ser analizadas y atendidas de forma especial. La complejidad de la red educativa leonesa tiene mucho que ver con la dispersión de la población y las dificultades de su orografía, lo que hace necesario mantener el mayor número posible de escuelas rurales.

No son los únicos problemas de los docentes. La elevada interinidad y las jornadas parciales generalizadas dificultan la calidad y la atención a los alumnos. Muchos frentes a tener en cuenta.