Mañana ya nadie hablará de balonmano
Un día. Eso es lo que le queda de gloria al balonmano español. Exactamente hasta que los Hispanos aterricen en Barajas con un nuevo oro colgado en el cuello. Después olvido absoluto. Y no, no vale solo con matar al mensajero, porque aunque es cierto que la mayor parte de medios de comunicación suelen subirse al carro cuando la cosa pinta bien, la federación española se las ha ingeniado durante años para tirar por tierra un deporte que languidece sin remedio con el beneplácito de la mayoría de clubes. Los despropósitos que sufre la Liga Asobal son similares a las excusas de sus responsables, incapaces de resucitar un espectáculo que solo brilla cuando juega la selección. Casi dos meses después, el Abanca Ademar se prepara para retomar una competición que dejó en su momento más álgido de la temporada. Desde entonces ha jugado dos ‘pachangas’ y el Bidasoa espera a la vuelta de la esquina. Tampoco se entiende la costumbre de anunciar fichajes en enero —e incluso posar con la camiseta del próximo equipo, como hizo David Fernández—. ¿Alguien se imagina a Mbappé vestido con la elástica del Real Madrid? Por no hablar de los horarios... Un sinsentido que todos ven y nadie arregla.