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Mes de enero loco para una Cultural que tiene que ir cambiando el chip de Liga a Copa sin tiempo que perder y con rapidez, pensar e ir adaptándose a la categoría del rival. Todo un alarde de nuevas metas, descubriendo otro tipo de competición y sus peculiaridades de este nuevo formato. Y es que para llegar a octavos de final tras eliminar a uno de los grandes, los deberes se han tenido que hacer con nota máxima, queriendo el sorteo que otro equipo de referencia en el fútbol español como el Valencia, actual campeón, sea el rival de hoy en el Reino de León.

Este llamado torneo del KO, se le conoce así por algo, porque cualquiera a un partido puede tener su oportunidad y se puede competir sea cual sea el rival, siendo un ambiente totalmente diferente a si fuera una eliminatoria a doble vuelta. La Cultural es el fiel ejemplo más reciente de ello. La mayor categoría del equipo contrario, el Valencia, es un acicate más para los jugadores del equipo de menor entidad, la Cultural, y eso le hace más peligroso sí cabe, porque las ganas y la intensidad superan cualquier estímulo posible, como si de una inyección con dosis de adrenalina se tratara. Todo esto no sería posible sin un elemento fundamental en este deporte como es el aliento de la afición, y aquí la del equipo culturalista es de sobresaliente para este tipo de eventos, donde el tiempo frío de estas fechas en León se convierte en una auténtica caldera de calor humano, reflejado dentro del terreno de juego.

Hoy la Cultural se va de copas y lo del Atlético hay que olvidarse de ello, aunque quede su recuerdo en la retina, porque ante el Valencia el equipo debe estar a la altura de lo que este partido representa, demostrando que esta plantilla sabe lo que se juega y tiene calidad, identidad y futbol en sus botas para competir hasta el último momento, vendiendo muy cara su derrota. Soñar no cuesta dinero, así que por intentarlo que no quede. El resultado se verá al final del partido.