Diario de León

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«Convierte al cliente en el héroe de tu historia». Este es uno de los lemas con los que la famosa especialista en marketing e influencer norteamericana, Ann Hadley, describe cual debe ser el papel de la publicidad. Parece que las principales multinacionales quieren convertirse en los héroes de esta historia que entre todos nos vemos obligados a protagonizar, la de la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.

El ecologismo se ha convertido en todo un reclamo para las marcas más importantes, como por ejemplo, la cadena de hamburguesería más importante del mundo que ha sacado a subasta por eBay la última pajita de plástico que saldrá de sus restaurantes. Con un precio de salida de un euro, ya lleva más de 30.000 euros recaudados, que se destinarán a proyectos solidarios de su fundación. Con este gesto, que en pocas horas se hizo viral, la multinacional hace pública toda una declaración de intenciones en defensa del medio ambiente, ya que anuncia que el 100% de sus envases estarán hechos con fuentes renovables, recicladas o certificadas para 2025. Otra famosa empresa de refrescos también se sumó hace unos meses a esta tendencia verde, cuando después de ser declarada la compañía que genera más residuos plásticos del mundo en 2019, anunció un ambicioso plan que supondrá eliminar en 2025 el uso de más de 200.000 toneladas de este material.

Son sólo dos ejemplos, y ojalá que todas las marcas tomaran nota y se comprometan con el medio ambiente de esta manera, pero que no nos engañen, los protagonistas no pueden ser ellos que llevan décadas sin responsabilizarse de una producción de plásticos fuera de control con la que además de hacerse millonarios han llenado nuestro planeta de plásticos que ahora somos incapaces de asumir. En esta historia la heroína soy yo, es usted lector o lectora, son nuestros hijos, pero de ninguna manera pueden ser ellos. Los verdaderos gestos heroicos son los que tomamos todos con nuestros pequeños gestos, con nuestras decisiones personales, con la manera que tenemos de educar a nuestros hijos y con nuestra determinación a la hora de eliminar los plásticos de nuestras vidas, pero nunca con lo que nos impone una vez más la industria que nos ha metido en esto. Para mí, llegan tarde.

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