Diario de León

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Cuando miro abstraído pasar el río bajo algún puente de estas tierras, me pregunto cuánto tardará ese agua en llegar al mar. El mar de estos ríos y aguas está en Oporto, Porto, o porto, el puerto prometido, agüita ¿leonesa? para la ciudad más abrazada, tunanta y culta de Portugal, porto-gallo, vecindad que pisamos y no ahondamos. ¿Cuánto tarda en llegar allí la llovida en Llánaves de la Reina?, ¿treinta días, cuarenta?... no mucho más, calcula uno de Prioro que perdió el empleo en Riaño y trabaja hoy en La Magdalena, y se lo pregunta porque le ha escrito una carta al alcalde Oporto, Rui Moreira, la metió dentro de una botella lacrada y la facturó por «correo natural» echándola al río Luna en Garaño seguro de que la corriente la llevará a su destino. Por no quitarle la ilusión le ocultamos que esa botella no iría más allá de unos kilómetros aguas abajo al no poder saltar la presa del contraembalse de Selga de Ordás... y que algo parecido quisieron hacer hace cuarenta años dos cazurrillos de bandera aventurera, Marcelino Mazo y Tacho Getino: unir fluvialmente León y Oporto descendiendo en bote hinchable por el Esla hasta el Duero y cruzando toda la portuguesía hasta ser recibidos en el ayuntamiento portuense donde se hicieron una foto con su alcalde para que constara la fazaña y las ganas de unión y abrazo debido, pero la cantidad de saltos y presas que jalonan al río madre y al Esla, su principal afluente, hicieron imposible un descenso lineal al quebrarse cada paso con obra hidráulica obsesiva.

En esa carta embotellada nuestro paisano le ofrece al alcalde luso (y bendito iluso) toda su gratitud y apoyo por haber propuesto la reunificación de España y Portugal en una única nación que  sugiere llamar (ahí no atina un pijo) Iberolux , lo que aquí cuadraría poco por sonar en exceso a marca de pinturas o cuberterías de acero inoxidable que regalan los bancos.

Seguro que el alcalde de Porto leyó A jangada de pedra de Saramago, esa península ibérica hecha balsa de piedra que se desgaja de Europa y se va a la deriva... buscando culpas.

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