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Editorial | Un debate con argumentación política, no técnica

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Más de un año llevan los vecinos que se oponen a la construcción de las polémicas balsas La Rial y Los Morales, en el Órbigo, esperando el informe que debe evaluar los costes sociales y económicos que la infraestructura supondrá para la zona. Un estudio que se anunció desde la Confederación Hidrográfica del Duero en noviembre de 2018, y que cada vez se ve más como un brindis al sol en un momento de conveniencia política que como una intención real de replantearse la propuesta de riego que tiene enfrentados a los agricultores y los ayuntamientos de la zona. Porque lo cierto es que en la planificación hidrológica que plantea las infraestructuras necesarias en la cuenca hasta 2027 las distintas propuestas analizadas y planteadas cuentan sí o sí con la construcción de estos embalses.

Si los informes técnicos sobre la construcción están concluidos, incluso las autorizaciones ambientales aprobadas; si reiteradamente la ejecución de los embalses se ha demandado al Gobierno desde la Junta y desde los regantes; si la propia planificación de la confederación a corto plazo tiene ya integrados en sus planes estos aportes para garantizar la sostenibilidad de los regadíos de la zona, a qué viene continuar mareando la perdiz, alimentando el enfrentamiento y despertando falsas esperanzas en quienes siguen viendo en esta alteración de los ríos una amenaza medioambiental.

La decisión sobre el futuro de La Rial y Los Morales está tomada hace tiempo, y forma parte de las previsiones para los regadíos. La CHD debería hablar claro de una vez, y afrontar con responsabilidad las opiniones en contra que siempre van a surgir en un proyecto de este tipo.