Irrebatible

De la charla ociosa que la fortuna y la tardanza de un chófer me permitieron mantener con Álvaro Cunqueiro recuerdo el aire pontifical con que aseguró que antes de la Guerra Civil jamás se vio una sola queimada en Galicia.. ¡!.. ¿?... y en cuestiones de cultura gallega, mitos o potes don Álvaro era un dios, así que demos por dogma este dato que me vino de perlas tiempo después al preguntarme qué loco pudo inventar entonces algo tan absurdo como quemar el caro alcohol que tanto cuesta destilar gota a gota en la alquitara y pagar tantísimo por él a quien lo demanda (en la cultura alimentaria gallega el aguardiente vino siendo básica necesidad calórica), ¡¿para quemarlo?!, ¿qué es ese pote de orujo ardiendo y matando grados?, ¿cuándo se vio tanta insensatez, si no blasfemia?... «jamás antes de la Guerra Civil», fue lo que dijo... ¿y por qué después sí?... raro... o no, todos los mitos nacen con alguna explicación que el cronista oficial o el orgullo adornan y borran después.

Meto cábalas en esa guerra incivil, caso cosas, deduzco otras y me atrevo a sugerir -con su permiso, señorías- algo irrebatible que me hubiera gustado contar a Cunqueiro para que, si cupiera, y cabe, lo bendijera abollando orgullitos: la queimada la inventó un cabo furriel leonés, lo juro por este Reino y por el rey Arturo (que nos reverte)... noche extrema del 18 de febrero de 1938 en un frente mítico, víspera de ofensiva que dos días después pemitió a Franco tomar Teruel, que tampoco es que existiera mucho entonces (qué fatalismo el suyo y el de sus amantes), invierno feroz de hasta 20 bajo cero, víspera de nuevos muertos y última cena de una menguada compañía en la que hay un grupo de cazurros de Valderas, Toral y Ordás (mi padre, pongo por caso) junto a no pocos asturianos y gallegos. Hay nervios y tensión gélida. El frío muerde los dedos como alicates. Acabada la cena, el capitán pregunta dónde coños está el coñac para su tropa, obligatorio en la víspera de una ofensiva. No hay ni gota. No suministros. Nieve y nieve. Bloqueo total. (Aquí volverá mañana nuestro cabo a resolverlo; ven y verás).