Don Quijote puede esperar
El poeta Antonio Merayo ha decidido aplazar su conferencia debate «El lado oscuro de la literatura», en coherencia con las precauciones públicas tomadas por el coronavirus. En ella, iba a hablarnos, entre otros oscurantismos, del tejemaneje de los premios, tanto locales como nacionales: jurados con tongo, acaparamiento abusivo de subvenciones, clanes dedicados a silenciar cuando no a destruir a quien no les rinde pleitesía…. En fin, corrupción. No es ya que a Cervantes no le hubiesen dado el premio que lleva su nombre, tal como hace años argumentó Andrés Trapiello, hoy ni siquiera se lo hubiesen dado a Avellaneda… sino al negro de Paquirrín. Los del tejemaneje, una vez crecidos carecen del mínimo decoro. Habremos de esperar aún un poco para escuchar a Merayo.
Y por lo que a mí respecta… el Ayuntamiento de León me ha pospuesto el taller El Quijote para mayores, que iba a impartir desde el próximo martes. Lo comprendo y lo aplaudo, además no es un adiós sino un hasta pronto. Eso sí, le pido a mi alumnado que no me cambien por otro taller, ni aunque lo imparta Clark Gable, que no les conozco y ya les cogí cariño. Tampoco uno mismo les cambiaría por impartir un curso de sumo o de respostería para zurdos. En fin, aquí me tienen manco de Sampiro, tras mi ya explicado batacazo en la ducha. Tenía pensada una apertura espectacular, vestido con la gola de mi bisabuelo y el brazo en cabestrillo. Le propuse a mi mujer vestirse de Sancho pero me espetó que ella no daba el tipo y que «sería llevar demasiado lejos lo de en la salud y en la enfermedad». Ya en serio, muchas gracias a la concejalía de Mayores y a su equipo de técnicos.
Juan Matas también ha visto aplazada la presentación de su edición de los Sonetos de Góngora, que iba a tener lugar hoy en la Casa de León, con Luis Alberto de Cuenca y José Luis Chamosa. Qué pena. El de Matas no es logro filológico con fecha de caducidad, puede presentarlo hoy o en el 2080. Quedará.
El coronavirus se marchará o lo echaremos. Mientras, es una prueba para que todos ayudemos y nos dejemos ayudar. Vamos a demostrar que somos una sociedad eficaz y fraternal, mucho más allá del ¿qué hay de lo mío? Una gran oportunidad para el patriotismo que más importa.