Editorial | Una ciberseguridad aún más necesaria

Si aún existían escépticos sobre la importancia de la ciberseguridad, con la sensación de incertidumbre que compartimos todos durante esta crisis, parece fundamental que la sociedad tiene que rearmarse frente a todas las amenazadas imaginables. En este contexto de vulnerabilidad máxima al que nos enfrentamos es de agradecer el esfuerzo realizado desde hace tiempo en múltiples frentes para blindar nuestra sociedad y nuestros servicios básicos frente a los ataques online.

Estamos confinados en nuestras casas pero nadie cuestiona que tenemos garantizados servicios fundamentales como el agua o la luz, que nuestros semáforos funcionan, el alumbrado público, los bancos están ‘blindados’, las alarmas funcionan... todos esos elementos sobre los que en diferentes creaciones literarias o cinematográficas nos han sembrado dudas de los caos que son provocables hoy a través de una red que lo hiperconecta todo.

El Consejo de Cuentas de Castilla y León mantiene su actividad a pesar de los problemas y trabaja en un plan para vigilar que todas las instituciones disponen de fórmulas de control suficiente para garantizar la protección de datos de las personas con las que mantienen relación. Las administraciones son las primeras obligadas a evitar cualquier tipo de filtración pero lo cierto es que esto no es fácil y menos cuando se trata de entidades de mediano o pequeño tamaño.

Y es precisamente en ese mundo alejado de las grandes urbes donde también se están comprobando los efectos de otro problema grave de internet. La tantas veces denunciada carencia de un servicio de internet suficiente, con el exceso de trafico de estos días, hace patente que sobran anuncios y promesas y faltan hechos.