Discapacidad: más héroes que nunca
En estos días en los que se habla tanto de héroes —con total justicia— quizá no se ha prestado suficiente atención a los auténticos superhombres y supermujeres —aún son mayoría— que atienden en silencio día a día, año tras año, a miles y miles de personas con discapacidad. Si se merecen siempre nuestro aplauso, más si cabe en estos días. Atender a abuelos, cónyuges, hermanos, tíos, cuñados, hijos o incluso con parentescos más lejanos no facilita ninguna tregua. No hay posibilidad de acudir a centros sociales, a esos espacios llamados de respiro que facilitan al cuidador al menos un rato para descansar con tranquilidad, algo que para muchos es un auténtico lujo.
Para todos está siendo duro. Pero quizá un poco más para las personas que precisan un poco, o un mucho, más de atención. Y detrás de cada uno hay alguien que con una paciencia inagotable vuelve cada día a la casilla de salida sabedor de que las cosas son así y quejarse no soluciona nada.