Editorial | Inversiones eficaces en infraestructuras que sirvan para lograr la recuperación
El dinero público es un patrimonio de todos que se consigue gracias al esfuerzo de los ciudadanos a los que se les extrae de sus bolsillos. Siempre es insuficiente y la labor del gobernante y también su éxito es priorizar el bien común, lo importante, lo eficaz para alcanzar un futuro mejor. No es una labor fácil y más cuando se administra con minorías como éstas que nos dejó de manera generalizada la pasada crisis con la irrupción de nuevos partidos con severas tendencias populistas.Cuando el panorama sanitario supere la fase más crítica será necesario encarar el futuro con rigor y eficacia. La pasada crisis dejó como herencia una deuda pública ingente por un afán desmedido en gastar en unos polémicos Planes E que no buscaron lo productivo para dinamizar la economía y empujar el empleo a medio y largo plazo.León tiene que pelear unido por esas infraestructuras pendientes que deben convertirse en auténticas arterias que lleven vida a sus comarcas. Hay que ser competitivos porque llega una etapa dura, pero en la que existirán oportunidades. Si nos quedamos en el victimismo, en la pugna fratricida o en debates sobre el sexo de los ángeles de nuevo estaremos en otra onda, condenados a repetir guiones conocidos y lamentos torticeros.
La apertura de la Variante de Pajares, las autovías de Orense y Valladolid, una vía ferroviaria del siglo XXI a Galicia por Astorga y Ponferrada para estar de verdad en el Corredor del Atlántico, y la plataforma multimodal de Torneros, son los pilares fundamentales para hacer real y creíble que León tiene futuro. Necesitamos sin demoras un Hostal de San Marcos como locomotora del turismo, un Incibe potenciado porque está más claro que nunca que hay amenazas que no sólo forman parte de la ciencia ficción, y una Ciuden aprovechada de verdad como herramienta para liderar políticas industriales, más allá incluso de las fronteras provinciales o autonómicas.
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