Día 13
Más allá de ahora mismo
Lo intento. Hacerme definitivamente de letras. Dejar de contar. Quedarme en el colegio en aquello de uno más uno, dos. Y no seguir. No mirar el calendario. No pensar en qué mes estoy. No mirar la linea continua. Imaginar dos paralelas, en una nosotros, todos nosotros, y en la otra el Virus. Sin tocarnos jamás.
Así que me pasé a la lectura. Y en esas estaba cuando me tropiezo con Elsa Pataky, ella en Australia y yo en León, que dice que está pasando la cuarentena con Cris Hemsworth, ya sabéis, sí, ese, su marido, y que bueno, majas, pues que tampoco es tan horroroso no poder salir de casa. De verdad que se me quitaron las ganas de más letras. Así que dije, mejor voy a escuchar.
Estaba yo tan feliz, más o menos, y en esto que viene Igea y se pone a hablar de mayo, de mayo o así, dijo con esa imprecisión suya tan precisa que le caracteriza, que parece que no pero deja caer las cosas como que no quiere la cosa, como una bomba atómica, tú tratando de no contar ni los días que llevas ni los que te quedan y él hablando de lo que va a venir, nosotros viviendo del presente y él hablando de más allá de ahora mismo, que no se sabe si es que tiene un chivatazo o un presentimiento, si ha hablado con Sánchez o con Dios. Que me puse de los nervios. Que pensé, madre mía, este hombre es que no tiene perdón, menos mal que hay novena online en el Mercado. Me quedé helada, pero lo achaqué a que ha vuelto el frío. O a que he abierto muchas veces el frigo, no sé.
Así que, como sin querer, me fui a la montaña, a que me diera el aire. Me vi, me vi claramente. Pon botas, ajusta cascos, seca mocos, reparte crema aunque sea a tortazos, carga con esquís, con los míos y con los que no son míos, que son momentos en los que piensas que hijos hay que tener uno o ninguno, eso sí, todo con mucho amor, busca los forfaits, tropieza con los bastones que casi me mato, que jopé, que me pasa todas las veces, sube la cuestecita que hay siempre, que te preguntas pero por qué, que tal como vas es como el Everest que no haces cumbre, cada paso adelante es uno y medio para atrás, pon guantes, seca lágrimas, un beso y al fin la libertad.
Por la noche, me mandaron la Luna. Desde la montaña. Casi sin haber amanecido, me recordaron que arrancaba el finde. Ya sabes, me dijeron. No faltes. Y nada más. Quedé a las 8 con Carmen. Iban Marta, Ana y todos sus vecinos. Yaser pone la música. Empezaba un nuevo día. En la calle, el cielo azul y el viento del norte. León. Sin querer, volví a la montaña. A la libertad. Para escuchar solo el viento. Llevaros un poco de oxígeno. Respirar por los que no pueden respirar. Acabar con el Virus. Hasta mañana. Cuidaros mucho.