Editorial | Primer mes durísimo que se cierra con esperanza y retos

Este 1 de abril se cumple un mes exactamente desde que fue detectado un caso de coronavirus en la provincia de León. La víctima ya se ha recuperado aunque estuvo muy grave. Es quizá el primer atisbo para compartir la necesaria esperanza. Lamentablemente otros muchos no lo han superado. Sólo en León el recuento oficial sitúa en cien los fallecidos y en 964 los casos de contagios confirmados. Es un drama sin precedentes en las últimas décadas, pero que ofrece una posible visión esperanzadora a través de las 176 personas que han recibido a estas alturas el alta médica.El balance de este primer mes puede cerrarse con una matrícula de honor cum laude para los profesionales de la sanidad y también de los centros de bienestar social y residencias de mayores, para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, para los incontables voluntarios que arriman el hombro poniendo en juego su salud, para trabajadores y empresarios de sectores fundamentales como los de la distribución de alimentos o el transporte, los quiosqueros y, cómo no, para esas organizaciones sociales que siempre están ahí y de las que sólo nos acordamos cuando las cosas se tuercen. Y entre estos reconocimientos también es imprescindible el que se merece la práctica totalidad de la ciudadanía, que ha asumido con normalidad ejemplar este confinamiento y apoya esta corriente de solidaridad para frenar los contagios.

Las cifras son terribles. Cada fallecido, cada persona que está sufriendo merece nuestro recuerdo. Pero esa tendencia positiva, detectada al menos en los datos de León, invita a la esperanza compartida por toda la sociedad sobre que según nos repiten muchos a diario ‘ya falta un día menos’. El ‘Quédate en casa’ salva vidas, que nadie lo dude. El siguiente paso cuando se supere la emergencia sanitaria tiene que priorizar el empleo y la supervivencia de las empresas. ‘Que nadie se quede atrás’ debe ser el objetivo también de todos los esfuerzos.